Comunicado de las XXIII Jornadas Generales de Pastoral Obrera: «El trabajo, lugar humano, lugar eclesial»
21 noviembre de 2017Convocados por el Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española, presididos por Monseñor Antonio Algora, su obispo responsable, y acompañados por Luis Manuel Romero, director del Secretariado de la CEAS, nos hemos reunido en Ávila, los días 18 y 19 de noviembre, delegados diocesanos, miembros de los movimientos apostólicos, y de equipos parroquiales de Pastoral Obrera de toda España, para celebrar las XXIII Jornadas Generales, bajo el lema Ante el #futurodeltrabajo, quehacer de la Pastoral Obrera.
En ellas hemos reflexionado acerca de los cambios y las nuevas realidades que se están produciendo en el mundo del trabajo, así como la urgencia de abordar los retos que la crisis socioecológica plantea al trabajo humano.
Igualmente, hemos abordado los principales retos y desafíos que se le presentan a la Iglesia en este campo, en medio de un mundo en cambio y transformación, preguntándonos cómo debe situarse la Pastoral Obrera hoy ante estas nuevas realidades.
La nueva configuración del trabajo manifiesta una profunda deshumanización del trabajo humano y, en consecuencia, de la vida social. Una profunda pérdida de dignidad de la persona trabajadora.
Y esto nos reclama, por ser iglesia de Jesucristo, encontrar una nueva relación con el trabajo. Hemos de recuperar los elementos que contribuyan a la construcción de una sociedad que ponga a la persona humana en un lugar central y al trabajo digno como elemento imprescindible de la integración social y herramienta indispensable para acceder a una vida digna. Porque el mundo del trabajo es una prioridad humana. Y, por lo tanto, es una prioridad cristiana, una prioridad nuestra. Donde hay un trabajador, ahí está el interés y la mirada de amor del Señor y de la Iglesia.
Esto significa seguir empeñados en que los lugares de la Iglesia sean los lugares de la vida, y en consecuencia también las plazas, las fábricas y todos los centros de trabajo, los hogares… Es en estos lugares, en los que, ante las profundas transformaciones que se están dando en el mundo del trabajo, son siempre necesarios nuevos movimientos de solidaridad de los hombres del trabajo y de solidaridad con los hombres del trabajo.[4]
A esa tarea de abrir caminos de humanidad, de encuentro, de diálogo entre todos los actores sociales, que posibilite recuperar la centralidad del trabajo digno para todos, nos sentimos renovadamente convocados, y a ella convocamos a toda la Iglesia, a las organizaciones sociales y sindicales, a los militantes cristianos, y a todos los trabajadores y trabajadoras a quienes, en esta primera Jornada Mundial de los Pobres, hacemos llegar la esperanza en Jesucristo, el obrero de Nazaret.
Ávila, 19 de noviembre de 2017.