Escudo de la Diócesis

El escudo tiene un precioso simbolismo que está arraigado en la tradición de esta Diócesis: el dibujo central es el Santo Rostro, emblema por excelencia de la Iglesia de Jaén. Flanqueado y sostenido por dos ángeles. Uno de ellos, con su dedo anima a contemplar el rostro de Cristo y el otro, con la mano tendida, invita a los fieles diocesanos a acogerlo en sus vidas y en esta tierra.

Una tierra, que está representada, en la parte inferior por la rama de olivo y la palma martirial. Jaén es una tierra regada por la sangre de los mártires, que a lo largo de los siglos han entregado su vida en defensa de la fe, desde que, según la tradición, anunciara por primera vez, la Buena Nueva, San Eufrasio, el primer obispo, en el año 40 de nuestra era. La rama de olivo, símbolo de la tierra quiere significar la unidad, fecundidad y riqueza de esta Iglesia peregrina entre olivares.

El escudo cuenta, también, en su parte superior, con una corona, la de San Fernando, como recuerdo al rey que constituyó el Santo Reino de Jaén, tras la reconquista.

El campo central del escudo está enmarcado por un octógono, que hace alusión al octavo día, tiempo de la resurrección, tiempo de la Iglesia. El escudo se cierra con la ínfula: Ecclesia Giennensis in Hispania, junto a una cruz. Este signo noble representará, a partir de ahora, la tradición, riqueza y devoción de nuestra Iglesia diocesana. Éste será usado, junto al sello,  por todos los departamentos de la curia diocesana, incluyendo a su vez el nombre de cada Vicaría, Arciprestazgo, Delegación y Casa diocesana.

Sello de la Diócesis

El sello, contiene, junto al negro son el morado propio de la tierra de Jaén y el verde oliva, como más identitario con la provincia.

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