Homilías de los Domingos 4 y 5 del T. O. (B)
30 enero de 2009Don Manuel Carmona García, Delegado Episcopal de Liturgia, nos presenta sendas reflexiones correspondientes a las lecturas de los domingos 1 y 8 de febrero (4 y 5 del Tiempo Ordinario).
DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO (B) – 1 de febrero de 2009
Investido con el poder del Espíritu tras ser bautizado por Juan, Jesús ha vencido ya en principio al tentador y ha comenzado a proclamar la llegada con Él del Reinado de Dios. Como los primeros discípulos que acaba de elegir, también nosotros, movidos por su llamada a «convertirnos y creer el Evangelio», queremos seguir atentamente su camino para ir constatando en Él al Dios que libera y salva. Es Marcos quien este año nos ayudará con su narración del Evangelio, domingo tras domingo, a dejarnos formar por Jesús como discípulos para llegar a ser también apóstoles de su Reino.
DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO (B) – 8 de febrero de 2009
Son muchos los que no encuentran respuesta al porqué de la vida; ni entienden que Dios pueda permitir el mal; ni logran dar con una razón definitiva que justifique la lucha sin deserción y hasta el final. En estos domingos del Tiempo Ordinario los cristianos no celebramos un acontecimiento o misterio particular de la vida de Cristo, sino justo su comportamiento habitual para ayudarnos a acometer con sentido y serena fidelidad nuestra vida cotidiana. Volvemos así, de domingo en domingo, a la escuela del Maestro para redescubrir en su palabra y en su conducta las elecciones fundamentales que dan verdadero y definitivo sentido a la vida: la revelación cada vez más sorprendente en Él del Dios que libera y salva. En esta consecuencia de su seguimiento nos quiere instruir hoy, con su mismo ejemplo, el Señor.