La Diócesis de Jaén celebra el Año Jubilar de su Patrona la Santísima Virgen de la Cabeza
10 abril de 2009 Nuestra Iglesia diocesana de Jaén tiene como Patrona a la Santísima Virgen de la Cabeza. En este año 2009 se celebran varias efemérides relacionadas con nuestra Patrona:
-Centenario de la Coronación Canónica.
-Centenario de la Proclamación como Patrona de Andújar.
-Cincuentenario de la proclamación como Patrona de la Diócesis de Jaén.
-Cincuentenario de la Recoronación Canónica.
Con esta motivación, la Santa Sede ha concedido a la Diócesis de Jaén la celebración de este Año Jubilar, un periodo de gracia concedido por el Papa Benedicto XVI en nombre de la Iglesia y a petición del Sr. Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo, como reflejo de los deseos de la comunidad mariana de Andújar y de toda la Diócesis. Gracias a este año jubilar se otorgarán indulgencias plenarias, gracias especiales que concede la Iglesia, a aquellos devotos que peregrinen al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza.
El Año Jubilar debe ser como un momento profético, un despertar, una maduración cristiana, un renovar las energías espirituales y morales de la Iglesia, y como consecuencia, la de los fieles de la sociedad iliturgitana y jienense. Para ellos se invita cordialmente a meditar con frecuencia y profundidad la Palabra de Dios y a revalorizar los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia. También se nos invita a mirar a la Madre de Dios, a nuestra Patrona, la Santísima Virgen de la Cabeza, confiar más en Ella, conocerla mejor como modelo de vida cristiana y Madre de nuestra reconciliación.
Actos del Año Jubilar de la Virgen de la Cabeza
1.- ¿QUÉ ES UN AÑO JUBILAR?
Un Año Jubilar se configura como un intenso movimiento de la Iglesia de carácter pastoral y espiritual, personal y comunitario, encaminado a conseguir y verificar un proceso de conversión continua y permanente, que constituye el mensaje fundamental del Evangelio.
Esta celebración quiere ser un tiempo fuerte y privilegiado de presencia del Señor, que ayude a revisar, purificar y potenciar la vida de la Iglesia diocesana de Jaén. Los cristianos hemos de celebrar los años jubilares sabiendo que la razón de la Iglesia es actuar como fermento y alma de la sociedad, que debe renovarse en Cristo y transformarse en familia de Dios (cf. Gaudium et spes, 40).
Creemos que la celebración del Año Jubilar al que estamos convocados es una respuesta adecuada para este momento en el que se nos exige una renovación espiritual profunda.
Este Año Jubilar, en honor de la Virgen de la Cabeza, está llamado a ser un tiempo de gracia, de Buena Noticia, de perdón, de fiesta y de alegría en lo más profundo del corazón. María nos ofrece a Jesús, auténtico sacramento del encuentro con Dios, y nos dice: “Haced lo que Él os diga”.
2.- ¿A QUÉ NOS INVITA NUESTRA MADRE LA IGLESIA EN ESTE AÑO JUBILAR?
a) A experimentar el júbilo y la alegría de la conversión; a vivir, con la ayuda de la Virgen María, la salvación que Dios nos ofrece por medio de su Hijo Jesucristo.
b) A vivir más intensamente en comunidad; anunciar los valores del Reino de Dios y a trabajar para extender la Iglesia del Señor.
c) A realizar en la propia vida personal y comunitaria el mandamiento nuevo del amor, para hacernos solidarios con los que sufren y compartir nuestros bienes materiales y espirituales con los más necesitados.
3.- ¿QUÉ SUPONE ESTE AÑO JUBILAR?
El tiempo jubilar no es un acontecimiento mágico, sino que supone examinar nuestra conciencia a la luz del Evangelio y descubrir en nuestra vida al Señor, que nos ayuda a detectar nuestros pecados y limitaciones para transformar lo negativo de nuestra vida en ofrenda de amor y servicio.
4.- ¿QUÉ OBJETIVOS TIENE UN AÑO JUBILAR?
a) Una profunda reflexión de la Iglesia. Se trata de hacer un examen concreto de nuestra vida diaria para preguntarnos si somos verdaderos cristianos, siguiendo la exhortación del apóstol san Pablo: “Si alguien cree ser de Cristo, reflexione una vez más dentro de sí mismo” (2 Co 10, 7).
b) Una ocasión propicia para que la Iglesia de Jaén se interrogue sobre su fidelidad al Evangelio.
c) Es un estímulo para la nueva evangelización de la Iglesia en Andújar y en toda la diócesis de Jaén.
d) Es un tiempo de renovación o conversión, que implica necesariamente dos manifestaciones: arrepentimiento como consecuencia de haber tomado conciencia de nuestra condición de pecadores y un retorno a Dios.
e) Es un tiempo de celebración renovada de nuestra vivencia eucarística y penitencial. Estos dos sacramentos han de alimentar y transformar nuestra vida de creyentes.
5.- ¿QUÉ ES LA INDULGENCIA PLENARIA?
La indulgencia plenaria consiste en la reconciliación o perdón abundante y generoso, derramado sobre los que se convierten e imploran la remisión total de sus culpas y la restauración de sus vidas y personas. En el pecador reconciliado permanecen algunas consecuencias del pecado, que necesitan curación y purificación. En este ámbito adquiere relevancia la indulgencia, que nos ayuda a cicatrizar definitivamente las heridas del pecado y nos libera de lo que llamamos pena temporal. La purificación de esta pena temporal nos abre a la comunión con Dios, con los hermanos y con nosotros mismos. Las indulgencias nos enseñan que cada uno de nosotros puede ayudar mucho a los otros, vivos y difuntos, para estar unidos al Padre.
La indulgencia se puede recibir según las condiciones acostumbradas:
– Confesar y comulgar, el mismo día de una celebración jubilar o unos cuantos días antes o después, y rezar por las intenciones del Santo Padre.
-Peregrinar, ya sea comunitariamente o individualmente, al Santuario de la Santísima Virgen de la Cabeza de Andújar y allí participar en un acto jubilar o bien individualmente dedicar un tiempo a la plegaria, recitar el padrenuestro, el credo e invocar a la Santísima Virgen María.
Los fieles impedidos por la vejez o por enfermedad grave, podrán conseguir igualmente la Indulgencia, si arrepintiéndose de todo pecado, y teniendo intención de cumplir, cuanto antes pudieren, las tres condiciones acostumbradas (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por la intención del Sumo Pontífice), se unan espiritualmente a las celebraciones jubilares y a las peregrinaciones, ofreciendo sus oraciones y dolores a Dios misericordioso por medio de la Santísima Virgen María.