La Catedral acoge una Eucaristía de Acción de Gracias en la festividad de San Josemaría
27 junio de 2019La S. I. Catedral acogía el pasado 26 de junio, como cada año, una Eucaristía de Acción de Gracias en la festividad de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.
Dicha Eucaristía estuvo presidida por el Vicario General y Deán de Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas, y concelebrada por otros sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei y algunos presbíteros diocesanos.
Un gran cuadro de San Josemaría engalanó el presbiterio durante toda la celebración eucarística, en la que quisieron participar, igualmente, numerosos miembros del Opus Dei.
Homilía
D. Francisco Juan Martínez Rojas comenzó su homilía recordando que “un 26 de junio más, la memoria litúrgica de San Josemaría Escrivá nos reúne en torno al altar para recordar su santidad”. Y continuó haciendo referencia a su ejemplo de vida y de testimonio. “El ejemplo de vida de San Josemaría, unido al testimonio elocuente de su palabra, predicada y puesta por escrito, nos anima de manera especial en tiempos difíciles, recios, que diría Santa Teresa, donde hacen falta amigos fuertes de Dios, en certera expresión de la santa de Ávila. Uno de esos amigos fuertes de Dios fue San Josemaría”.
El Deán de la Catedral quiso insistir, además, en la santidad a la que estamos llamados todos los cristianos. “Para ser santos no hay que huir del mundo. El camino más corto, más directo para nuestra santificación, es precisamente el mundo, ese mundo en el que, como escuchábamos en la primera lectura, Dios ha colocado al hombre para que lo guardara y cultivara, en definitiva, para que participase también en la obra de la creación, como prolongación de las manos del Creador”.
“Pero, -prosiguió- difícilmente podemos embarcarnos en esa apasionante aventura que es evangelizar, anunciar el evangelio en este momento histórico, ser pescadores de hombres, como Pedro y los demás apóstoles, echando las redes en el proceloso, y en ocasiones adverso mar que es nuestro mundo, si no nos sentimos llamados por Dios a esa ardua empresa, y escuchamos con nitidez la voz de Cristo”.
Asimismo, Martínez Rojas explicó que la evangelización no es algo secundario, sino que es responder a un mandato del Señor. En este sentido recordaba unas palabras de San Josemaría: “el celo por almas es un mandato amoroso del Señor, que, al subir a su gloria, nos envía como testigos suyos por el orbe entero. Grande es nuestra responsabilidad: porque ser testigo de Cristo supone, antes que nada, procurar comportarnos según su doctrina, luchar para que nuestra conducta recuerde a Jesús, evoque su figura amabilísima. Hemos de conducirnos de tal manera, que los demás puedan decir, al vernos: éste es cristiano, porque no odia, porque sabe comprender, porque no es fanático, porque está por encima de los instintos, porque es sacrificado, porque manifiesta sentimientos de paz, porque ama”.
“¡Ojalá que nuestra vida, hermanas y hermanos, como la de San Josemaría, sea un evocar la figura amabilísima de Jesús, que Él se transparente a través de nuestras palabras y nuestras obras! Para ello, debemos ser, como María, en feliz definición de San Juan Pablo II, hombres y mujeres eucarísticos, y hacer del sacrificio de Cristo el centro de nuestra vida y el alimento de nuestro apostolado evangelizador”, concluyó el Vicario General.