Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de personas
8 febrero de 2021Hoy, 8 de febrero se celebra el VII Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas. Este año bajo el título, “Economía sin trata de personas”.
Un lema vinculado con la encíclica del Papa Fratelli Tutti, que aporta el marco propicio para sentar las bases de un sistema económico justo y sostenible, donde no haya lugar alguno para la trata de personas.
El Papa convoca esta Jornada desde el año 2015 y eligió el día en el que se recuerda la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, la religiosa sudanesa que padeció durante su vida los sufrimientos de la esclavitud.
Cuál es el mensaje?
La Subcomisión Episcopal de Migraciones y Movilidad Humana, dedica esta jornada a todas las personas que son víctimas de este tráfico, por falta de recursos o porque pertenecen a sectores sociales “invisibles”.
El obispo presidente de esta Subcomisión, Mons. Juan Carlos Elizalde, destaca que la pandemia se está cebando con este colectivo de personas especialmente vulnerables y están surgiendo distintas modalidades de trata.
La Iglesia española frente a la trata
Celebramos la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata, 8 de febrero, memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, con el lema “Economía sin trata de personas”. Dice el papa Francisco:
“En el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre (…) todavía hay millones de personas privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud” (Carta encíclica Fratelli Tutti, 22 y 24).
La lectura de esta encíclica nos ofrece las claves para entender el contexto social, económico y político que puede propiciar la explotación de personas, sobre todo de aquellas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Se nos invita, por lo tanto, a reflexionar sobre los principios que sustentan nuestro sistema económico. En la propuesta de Vigilia de Oración, que hemos preparado para este año, proponemos orar como Iglesia en comunión, en salida, dejándonos provocar por unos verbos opuestos:
“COMPARTIR frente a COMPETIR, MULTIPLICAR frente a DIVIDIR, INCLUIR frente a EXCLUIR, hasta vivirnos como PERSONAS que nos situamos EN EL CENTRO ante personas que hemos alejado y que se encuentran EN LA PERIFERIA”La trata de personas no es un fenómeno aislado, sino un problema de todos y de la sociedad. El agravio a la dignidad del ser humano y la violación de sus derechos fundamentales es un grito que clama al Dios de la vida, que escucha a sus hijos y les ofrece su auxilio y protección. Como Iglesia, estamos llamados a generar espacios de acogida y de encuentro para quienes son víctimas de la trata, de acompañamiento de procesos de recuperación y de inclusión.
Son numerosas las congregaciones religiosas y los proyectos del ámbito eclesial cuya misión es el acercamiento a los lugares donde pueden encontrarse las posibles víctimas, así como su la atención en los recursos residenciales y centros de día, donde se les ofrece un acompañamiento integral de su proceso para facilitar su recuperación.
Desde el Departamento de Trata propiciamos el trabajo en red con todas las entidades comprometidas con esta realidad, articulando proyectos y acciones conjuntas a nivel nacional y diocesano, con el objetivo de visibilizar y concienciar ante esta realidad que, en palabras del papa Francisco, es una herida en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo. Estamos llamados a no hacernos los distraídos, a conocer para comprender, tomar conciencia y contribuir a erradicar esta lacra.