Corpus Christi en La Carolina
3 julio de 2019En la víspera de la gran fiesta cristiana del Corpus Christi, Día de Caridad, Cáritas Interparroquial preparó, junto a las parroquias, unos actos que ayudan a celebrar una de las fiestas del Pueblo de Dios más populares y una de las procesiones más solemnes. El pueblo cristiano tributa su gran homenaje al Cuerpo y a la Sangre de Cristo.
En el salón de Cáritas Interparroquial, D. Rogelio de J. Garrido Checa, párroco de la Santa Cruz de Pegalajar, Vicario Episcopal de Asuntos Económicos y Canónigo de la S.I.C., ofreció una reflexión sobre “Eucaristía y Misión”.
La Coordinadora de Cáritas Interparroquial, Mª Félix Criado Malpica, saludó a los asistentes, presentó el programa de actos y dio la bienvenida a D. Rogelio, que fue presentado por D. Carmelo Lara Mercado, consiliario de Cáritas Interparroquial.
D. Rogelio inició su intervención señalando lo oportuno del título que se le había sugerido “Eucaristía Y Misión”, vocablos inseparables y tomando unas palabras del Concilio Vaticano II, que trajo aires nuevos a la Iglesia, dio un impulso misionero invitando a volver a las fuentes. El citado documento nos dice que la Iglesia entera es misionera, que la misión es tarea de todo el Pueblo de Dios.
Siguiendo con el Magisterio aludió a la encíclica de S. Juan Pablo II sobre la eucaristía (Ecclesia de Eucharistia) para hablar de la centralidad de la eucaristía en la Iglesia, de ella vive. Exhortó a todos a renovar esa centralidad, a vivir con renovada ilusión la liturgia, a ser caritativos, a llevar una vida de oración y a hacer de la eucaristía una renovada experiencia que nos lleve a entusiasmarnos de Cristo.
Explicó como la eucaristía es presencia salvadora del Señor en el corazón de los fieles cumpliendo su promesa “yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo”. Continuaron sus palabras hablando de la eucaristía presencia real de Cristo, presencia sacrificial. Y concluyó este apartado presentando a S. Juan de Ávila, cuyo Año Jubilar estamos celebrando, como un alma eucarística.
La comunión con Cristo y la comunión en la Iglesia fueron los puntos siguientes de la reflexión. Al unirnos al Señor, nos hemos de convertir en sacramento para el mundo, en signos visibles de su amor. La práctica del amor fraternal –decía D. Rogelio- es manifestación de que somos de Cristo, uno de los rasgos de la credibilidad de la Iglesia es la manera de vivir la caridad.
En cuanto a la Misión hoy, que fue el siguiente epígrafe, señaló cómo evangelizar es junto al anuncio de la Palabra de Dios, el ser eucarísticos para hacer llevar a todos el amor de Cristo. Toda comunidad se edifica desde la eucaristía. El encuentro con el Señor nos da fuerzas para llevarlo a los otros y hemos de procurar poner a los hermanos ante Él, el contemplar a Jesús en la eucaristía nos ha de impulsar a acoger a los demás especialmente a los más desfavorecidos.
Y en el último punto presentó la eucaristía como compromiso de los cristianos. Y así mencionó a la Madre Teresa de Calcuta, que decía a sus religiosas “más oración para más acción caritativa”. Volvió a traer unas palabras del Maestro Ávila, del santo doctor, quien decía que la eucaristía nos hace ver la bondad de Dios y nos posiciona a mirar la bondad de los hombres. Y recordó como al término de la misa, hemos de sentirnos enviados, misioneros de la eucaristía. Animó a ver el rostro del Señor en el pobre, en el hambriento y finalmente nos habló de María, la Virgen, “Mujer eucarística”. Ella nos reúne en comunión, nos lleva a su Hijo para salir a los caminos de la vida a llevarlo a través de nuestras vidas. Hemos de seguir viviendo de la eucaristía como misión.
Tras la entrega de un recuerdo a D. Rogelio, como signo de gratitud, D. Carmelo anunció el triduo que se celebró en la parroquia de S. Juan de la Cruz, la recogida de alimentos en las parroquias con la colaboración de las cofradías y hermandades, la Misa concelebrada en la parroquia de la Inmaculada, en la que participan las tres comunidades, y la procesión del día del Corpus Christi.
Pedro F. Criado
La Carolina