Presentación de la Campaña del Domund 2016 y Pregón
5 octubre de 2016Este año 2016 la animación del octubre misionero ha comenzado antes de su llegada. El pasado 27 de septiembre, el tema central de la reunión del clero joven en el presente curso giró en torno a la Misión Ad Gentes. Contamos con la presencia de Luis Fernando Criado Reca, misionero diocesano en el Vicariato Apostólico de Esmeraldas en Ecuador, quien dialogó con los sacerdotes jóvenes sobre la Misión Diocesana; y con la charla del Delegado de Misiones, Manuel Alfonso Pérez Galán, «A los 50 años del Decreto Ad Gentes».
El lunes, 3 de octubre, en el salón de actos de la Parroquia de Cristo Rey de Jaén, tuvo lugar la presentación de la campaña del Domund 2016 y el 3º Pregón del Domund, que ya va siendo parte de las actividades del octubre misionero. Este año ha sido dado por Enrique Cabezudo Melero, párroco de Santa María de Torredonjimeno, profesor del Seminario Diocesano y durante muchos años Rector y Formador del Seminario Mayor San Pedro de Portoviejo (Ecuador).
El acto comenzó con unas palabras del Delegado de Misiones de introducción y, cómo no, de elogio del pregonero, que inició su exposición conla presentación del lema «Sal de tu tierra» y del cartel de este año:
Sobre fondo blanco un primer y único mensaje: DOMUND, el día que tiene lugar la Jornada Mundial de las Misiones, 23 de octubre. Las huellas son expresión del lema, salir de la propia tierra para llegar a otra tierra; recuerdan sus colores a los cinco continentes, haciendo eco de las palabras del papa Francisco: «Una Iglesia en Salida». Las cruces permiten distinguir las huellas misioneras de las de otras personas que viajan por distintos motivos. Recuerdan la cruz que cada misionero recibe el día de su envío.
Recordó la documentación de los últimos años relativa a la Misión: «Evagelii Gaudium», el Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española 2016-2020 «Iglesia en Misión al servicio de nuestro pueblo», que propone acciones concretas que debe realizar una Iglesia en misión al servicio de su pueblo, en sintonía con la exhortación del papa Francisco a “salir de las periferias”. Nuestras Iglesias particulares han sido y son misioneras, contribuyendo así a la expansión de la fe cristiana; sin embargo, la llamada a la misión y a la evangelización tienen, hoy, un carácter nuevo. Este documento parte de un análisis de la sociedad moderna, donde es necesario “llevar una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la liberación a cuantos están prisioneros de la nuevas esclavitudes, restituir la vista a quien no puede ver más porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella” (Misericordiae Vultus, 16). Así como la carta de presentación del Plan Pastoral Diocesano: «En camino hacia el sueño misionero de llegar a todos» que se mueve en torno al objetivo general: «Poner en estado de misión permanente a la Iglesia Diocesana, y animar a las comunidades y a los evangelizadores para que con sus vidas irradien la alegría de Cristo que ellos han recibido».
A continuación, hizo una relectura de dos cartas que él mismo había escrito para el Domund del año 1997 y 1998 cuando estaba en plena misión en el Seminario de Portoviejo, poniendo, cómo sólo él sabe hacer, el acento en la importancia de aceptar la misión como envío diocesano: «es la Diócesis la que envía, el misionero no actúa por su cuenta, es un enviado».
El acto finalizó con un sustancioso diálogo entre los asistentes y el pregonero.
Como aparece en nº 398 de Iluminare, pp. 16 y 17: «queremos dar un tinte misionero a toda la pastoral».