El jesuita Jesús Mendoza es nombrado hijo predilecto de Begíjar
5 octubre de 2011 El padre jesuita Jesús Mendoza Negrillo, natural de Begíjar, ha recibido recientemente la distinción de hijo predilecto de su pueblo natal. El acto se desarrolló tras la Misa solemne en honor del Cristo de la Vera Cruz, patrono de Begíjar, en la Iglesia Parroquial. Estuvieron presentes en el acto los miembros de la Corporación Municipal. Esta distinción se concedió con una presencia importante de público en la Casa de la Cultura de Begíjar, que hace muchos años fue la Escuela en la que el padre de D. Jesús Mendoza ejerció como maestro. Vinieron tres de sus sobrinos así como amigos de Begíjar y de Úbeda, donde D. Jesús Mendoza ha estado unos 40 años. Del clero asistieron algunos sacerdotes que habían concelebrado en la misa y habían conocido a D. Jesús, en concreto D. Robustiano Gallego y D. Andrés Santisteban.
Fue un acto entrañable. Presidía el acto una fotografía grande de D. Jesús y el acto tuvo varias intervenciones: D. Miguel Martínez, concejal, promotor del nombramiento, D. Jesús García de Leaniz, jesuita de Úbeda, en nombre de D. Jesús, Mendoza, ausente por enfermedad y un sobrino de D. Jesús en nombre de la familia. El acto concluyó con la intervención del alcalde del municipio y la entrega por él del pergamino y el escudo de oro de la Villa de Begíjar.
D. Jesús llegó a Úbeda en 1959, permaneciendo desde entonces en esta ciudad casi ininterrumpidamente y abandonándola solamente por motivos de estudios o para viajar por diversos países iberoamericanos, guiado por su vocación misionera. Su implicación en la vida de la ciudad de Úbeda y de su comarca, a través de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (SAFA), ha sido fundamental en la educación y formación de cientos de niños y jóvenes. D. Jesús ha compaginado la vocación docente que heredara de sus padres con una inmensa vida pastoral puesta siempre al servicio de los más necesitados.
Con este nombramiento el pueblo de Begíjar, reconoce la labor del padre Mendoza que, desde que se ordenó sacerdote, ha dedicado su vida al servicio de los más necesitados, a la promoción de Manos Unidas, a la coordinación de la Fundación Fe y Alegría, a cientos de actividades de Acción Católica, a mil formas de hacer el bien a sus semejantes. En definitiva un hombre honesto, un hombre de Dios, con un gran sentido del deber, vocación de servicio y un convencimiento de que es posible hacer desde la educación un mundo menos materialista y con rostro humano. Por todo esto, el pueblo de Begíjar premia la inmensa valía de este begijense ejemplar, profundo intelectual, magnífico profesor, buena persona y sacerdote ejemplar.