Vibrante acogida de Lupión a su Obispo, Don Sebastián
6 febrero de 2023El primer domingo del mes de febrero, en una mañana fría, nos ha deparado un cálido encuentro del Pastor, llegado hace ya más de un año de tierras murcianas, con su nueva grey. Ignoramos si la paternal sonrisa amistosa que mantuvo nuestro Obispo durante las más de tres horas que duró su visita a nuestra parroquia La Asunción de Nuestra Señora de Lupión es la que le acompaña siempre, o quizá (nos gustaría que así fuese, para presumir) la ensanchó más aún la afable acogida que acababa de recibir de sus feligreses diocesanos. Porque, además, como comentó en la homilía, su corazón estaba especialmente alegre al ver los primeros bancos de la iglesia cubiertos por rostros infantiles, cuya ausencia había lamentado hondamente en otros pueblos de la Diócesis envejecidos por una natalidad más precaria, si cabe, que la nuestra.
Casi una hora antes de la habitual Misa dominical de las once de la mañana ya estaba Don Sebastián Chico Martínez, flamante Obispo de Jaén, estrechando calurosas manos de bienvenida de la noble gente de esta villa, encabezada por su alcalde, D. Gonzalo Rus Pérez. Acto seguido, presidió la Misa, concelebrada con su Secretario y el Párroco de Lupión, D. Juan Antonio Marín Linares.
Fue larga la homilía, pero ligera tanto para orador, que se sentía a gusto con su gente, como para el auditorio, que seguía con atención inusual sus palabras basada en el capítulo cinco del Evangelio de Mateo, concretamente en el pasaje donde Jesús explica a sus discípulos presentes y futuros que son la sal de la tierra que no puede ponerse sosa, con pena de que pierda para siempre su sabor. Con el tono cercano y bienhumorado que mantuvo en las horas de su estancia en nuestra parroquia, Monseñor Sebastián apeló a su experiencia en carne propia respecto a la privación de sal, a la que hubo de atenerse por prescripción médica. Y, desde el recuerdo de la insipidez de los alimentos que se vio precisado a ingerir, sazonó su mensaje, en el que invitaba a los fieles lupionenses a dar sabor a sus relaciones con los vecinos con la sal de la alegría y gozo cristianos.
Tuvo, también, Don Sebastián palabras para glosar la imagen de la luz, tomada asimismo del pasaje de Mateo, que deben encarnar sus discípulos. No se enciende una lámpara para ponerla debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a los que están en la casa. Es lo que debemos hacer también los feligreses de Lupión -concluyó nuestro Obispo-, huyendo de la oscuridad en el trato con nuestros vecinos; antes bien, mostrándonos siempre diáfanos y transparentes en nuestras relaciones sociales.
La celebración litúrgica contó, como de costumbre, con un repertorio de cantos interpretados por el pequeño coro parroquial con acompañamiento de guitarra, a los que se unen los feligreses que van aprendiéndolos a fuerza de escucharlos domingo tras domingo. De ellos destacaría luego Don Sebastián el canto de entrada “Iglesia peregrina”, que le gustó especialmente.
Concluida la Santa Misa, el Obispo de la Diócesis de Jaén posó, gustoso y sin prisa, con todos los feligreses que tampoco la tenían, para dejar constancia de su primera visita a nuestra parroquia, que auguramos no será la última.
Finalmente, Don Sebastián siguió con atención, en el salón parroquial, el vídeo grabado con motivo de las obras de reconstrucción de nuestra iglesia y su posterior consagración al finalizar las mismas, que tuvo lugar la tarde del día 16 de mayo de 2016. Terminado el acto, nuestro Obispo se despidió de Lupión con la misma afabilidad con la que había acogido su bienvenida, expresando su deseo de volver más pronto que tarde a este pueblo, una vez concluya su itinerario de visitas al casi centenar de parroquias que integran la Diócesis de Jaén, de las que ya le quedan apenas las que pueden contarse con los dedos de una mano.
Juan Manuel Rodríguez Cabrero
Parroquia de Lupión