Renovación de votos en una nueva Jornada de la Vida Consagrada
5 febrero de 2024El viernes, 2 de febrero, se celebraba la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, este año bajo el lema, «Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad». Más de medio centenar de consagrados y consagradas de la Diócesis, y miembros de los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica celebraron esta Jornada con una Eucaristía, que estuvo presidida por el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, en la Santa Iglesia Catedral de Jaén.
La celebración eucarística, que comenzaba con la bendición de las candelas y la procesión de entrada, estuvo concelebrada por el Delegado Episcopal de Vida Consagrada, D. Manuel Alfonso Pérez Galán; el salesiano, D. Juan Carlos Macías; y el secretario del Obispo, D. Francisco Javier Cova.
Las lecturas estuvieron participada por los consagrados y miembros de la CONFER, y el Evangelio lo proclamó el Delegado Episcopal.
Homilía
El Obispo diocesano quiso entonar, como “el anciano Simeón”, el día de la Presentación del Señor en el Templo, un acción de gracias al Señor por la riqueza de la Vida Consagrada en la Diócesis de Jaén. “Esta porción escondida de la Iglesia para los fieles cristianos y para los que viven alejados. Aquí está la Iglesia que vive enteramente de cara a Dios, consagrada y dedicada a Él, entregada día y noche a la oración, al servicio de los pobres y de los enfermos, al anuncio y difusión del Evangelio. Recibid nuestra felicitación y agradecimiento por ser ofrenda permanente y agradable a Dios desde vuestra consagración. Vuestras vidas son signos vivientes que nos ayudan a elevar nuestra mirada hacia lo alto y a no titubear en nuestro «sí» a Dios, como lo fue el de María nuestra Madre y lo es diariamente en el consagrado”. A lo que Don Sebastián añadió, “Gracias a vosotros y vosotras está presente la Iglesia en el mundo de la pobreza y del dolor, gracias a vosotros y vosotras llegamos con cierta intensidad a miles de jóvenes y de familias cristianas. Por eso, en nombre del Pueblo de Dios que camina por las queridas tierras de Jaén”.
En este sentido, el Prelado del Santo Reino profundizó en la riqueza de la Vida Consagrada para la Iglesia, que nace de la entrega al Señor y de la aceptación de su voluntad, por encima de cualquier otra cosa. “En este día, en el que reflexionamos sobre la vida religiosa y su importancia en la Iglesia y en el mundo, los religiosos y religiosas, sois testigos vivos del amor de Dios y del compromiso radical con el Evangelio. Siguiendo los pasos de Jesús, renunciasteis a los bienes materiales y os entregasteis por completo al servicio de los demás. Vuestra vida consagrada es un recordatorio poderoso de la llamada universal a la santidad y al servicio desinteresado”.
Las palabras del Obispo concluyeron invocando a la Santísima Virgen María como inspiración y modelo de la Vida Consagrada: “Queridos hermanos y hermanas, como cirios encendidos irradiad siempre y en todo lugar el amor de Cristo, luz del mundo. Que la Virgen María, la Mujer consagrada, os ayude a vivir plenamente vuestra especial vocación y misión en la Iglesia, para la salvación del mundo y bien de nuestra Iglesia del Santo Reino”.
Posteriormente, y como ofrenda de vida al Señor, los consagrados y consagradas recordaron su entrega total, generosa y amorosa a Dios, renovando los tres votos de la consagración: pobreza, obediencia y castidad.
Tras la Santa Misa, los consagrados y consagradas pudieron compartir, junto al Obispo y su Delegado, una merienda de convivencia en el salón de actos del Obispado.