Los presbíteros diocesanos renuevan sus promesas sacerdotales en la primera Misa Crismal de Don Sebastián como Obispo
12 abril de 2022Como cada Martes Santo, esta mañana se celebraba, en la Catedral de Jaén, la Misa Crismal, la primera que preside Don Sebastián Chico Martínez como Obispo. En ella han participado alrededor de 130 presbíteros, llegados de todos los puntos de la geografía diocesana, que han renovado, un año más, sus promesas sacerdotales.
Han concelebrado, junto al Obispo, el emérito de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro; el Vicario General y Deán de las Catedrales, Don Francisco Juan Martínez Rojas; y otros miembros del Cabildo Catedral. También, ha estado presente Monseñor D. Fernando Chica Arellano, Observador permanente Santa Sede en la FAO, el FIDA y el PDA.
Asimismo, han participado los diáconos permanentes de la Diócesis y multitud de fieles y religiosas.
Fieles y seminaristas han sido los encargados de las Lecturas y el diácono permanente Andrés Borrego de proclamar el Evangelio.
Homilía
El Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, ha comenzado su homilía subrayando que los óleos que se van a bendecir y el Crisma que se iba a consagrar «son signos de la comunicación misteriosa e incesante del Espíritu con la que Jesucristo consuela a los enfermos, santifica a los catecúmenos y a los cristianos, y nos consagra a los sacerdotes para que seamos signos vivientes de su presencia santificadora en medio de su pueblo».
Asimismo, dirigiéndose a los presbíteros, el Obispo les ha recordado que «por la consagración sacerdotal, de forma íntima y misteriosa, somos la presencia visible de su actual presencia invisible en el corazón de todos los hombres de buena voluntad, como cabeza de la Iglesia, como fuente secreta de vida nueva, como principio de una nueva humanidad. Por lo tanto, la prioridad de nuestro ministerio, sobre todo, es hacer presente a Dios».
En este sentido, el Prelado les ha querido dar gracias, en nombre del Señor y de nuestra Iglesia de Jaén, por su entrega y fidelidad, su trabajo de cada día y su buena voluntad. A la vez que ha dado gracias por el fruto de la ordenación sacerdotal de Antonio José Blanca, que el pasado mes de junio, se incorporaba a nuestro presbiterio diocesano. Así, los ha animado a «vivir sinceramente nuestra fidelidad al don recibido y nuestra fraternidad sacramental; a poner vuestra vida totalmente al servicio de Dios y de nuestro pueblo, sin reservarnos nada, con la madurez que requiere nuestro ministerio y sin olvidar el frescor del amor primero». Y los ha incitado a caminar con fortaleza, alegría y esperanza. «El Señor sigue realizando hoy también su obra de renovación y de redención, y cuenta con nosotros, ungidos con la fuerza de su Espíritu».
Además, el Pastor diocesano ha querido tener presentes en esta celebración a los sacerdotes recientemente fallecidos y los mayores que no han podido participar.
Posteriormente, se ha dirigido a los seminaristas para recordarles que son la esperanza de nuestro presbiterio y de nuestra Iglesia de Jaén. «Os animo a hacer este camino de preparación al Ministerio sacerdotal con paso firme y decidido, sin que os falte la ilusión y el agradecimiento a la llamada que habéis recibido y la respuesta que estáis dando, ante el Misterio tan enorme y hermoso que Dios quiere poner en vuestras manos para el servicio de su pueblo». Y ha querido manifestar el dolor que siente al saber que «el aceite que va a ser consagrado, no será utilizado en su plenitud, consagrando unas manos nuevas para el ofrecimiento del sacrificio de Cristo», ya que este en los próximos años no van a recibir el orden sacerdotal ninguno de los seminaristas que se preparan para ello.
Del mismo modo, Don Sebastián también ha querido dirigirse a los laicos y religiosos, a los que ha pedido su oración constante, su comprensión y su afecto. «El calor de vuestra cercanía y de vuestra oración nos ayudará a que seamos “santos sacerdotes», ha apuntado. Para continuar pidiendo perdón «por nuestras deficiencias, por los momentos en los que no reconocéis en nosotros el “corazón del buen pastor”».
Finalmente, bajo la intercesión de la Virgen María, Ntra. Sra. de la Cabeza, nuestro patrón San Eufrasio, y de tantos mártires y santos que han abonado nuestras tierras con sus vidas, ha querido pedir al Señor «que se haga presente poderosamente en nuestras vidas, y que nos llene de todos los bienes de su Espíritu, haciéndonos verdaderos instrumentos eficaces de su Reino».
Renovación de las promesas y bendición de los santos óleos
Tras la homilía, el clero diocesano ha renovado sus promesas sacerdotales ante el Obispo de Jaén.
Después, se ha llevado a cabo el rito de la bendición de los santos óleos y la consagración del santo crisma, que servirá a lo largo de todo el año para ungir a los enfermos y a los que recibirán los Sacramentos del Bautismo, la Confirmación o el Orden Sacerdotal.
Los seminaristas y los diáconos permanentes han presentado ante el Prelado las tres ánforas de aceite. Primero el óleo de los enfermos y, después, el de los catecúmenos, han sido bendecidos. La última ánfora ha sido la del óleo para el Santo Crisma. El Obispo ha insuflado sobre él su aliento, como parte del rito, para finalizar con la oración de la consagración. Posteriormente, los tres recipientes se han situado delante del altar, donde han permanecido durante toda la celebración.
Tras la bendición final, Don Sebastián se ha mostrado muy emocionado, ya que se trata de su primera Misa Crismal como Obispo. Y la celebración culminaba con una cerrada ovación del clero diocesano, a su nuevo Prelado.
Ya en la Sacristía, Monseñor Chico Martínez ha querido desear a sus presbíteros un feliz y santo día, animándolos a vivir, especialmente hoy, la fraternidad. Del mismo modo, los ha alentado a vivir con intensidad esta Semana Santa.
Este año los 50 litros de aceite de oliva virgen extra han sido donados desde Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud, patrón de Villargordo, y se han repartido entre todos los Arciprestazgos de la Diócesis.