Los jienenses miran a la Cruz en la solemne celebración del Viernes Santo
15 abril de 2022Cada Viernes Santo se rememora la Pasión y Muerte de Cristo. Con una Catedral de Jaén en penumbra, el Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, ha presidido la celebración de los Santos Oficios de este Viernes Santo. Una ceremonia solemne y marcada por la sobriedad en la ornamentación del presbiterio ante la muerte del Crucificado.
Don Sebastián ha estado acompañado el Obispo emérito Don Amadeo Rodríguez Magro, por miembros del Cabildo y por los seminaristas. Al llegar al presbiterio, los dos prelados se han postrado ante el altar desnudo.
Primero, la Liturgia de la Palabra ha sido leída por miembros de la Cofradía de la Buena Muerte. Después, el relato de la Pasión y Muerte de Cristo ha sido cantado por dos seminaristas y el canónigo, D. Emilio Samaniego ha hecho las veces de Jesús.
Homilía
El Prelado ha comenzado su homilía recordando que el Viernes Santo es «Es el día de la entrega, de la donación generosa de Jesús. El centro de nuestras miradas está en la Cruz del Señor. Y en cierto modo, de la humanidad entera, porque en la Cruz murió Cristo por la salvación de todos y asumió en sí mismo todo el dolor de la humanidad a lo largo de los siglos. En ella nos da la gran lección de su entrega generosa por los demás y nos comunica su perdón y su gracia».
Asimismo, ha hecho hincapié en que en el día en el que rememoramos la pasión y muerte de Cristo, «Queremos estar junto a la Cruz, nos sentimos sobrecogidos, con el espíritu abrumado por el misterio insondable que ella contiene. Queremos dar tiempo al asombro, a la gratitud, al arrepentimiento:¡El Hijo de Dios hecho hombre, el primogénito de la humanidad, maltratado, ajusticiado en una cruz!».
Don Sebastián Chico ha querido compartir con los fieles congregados en la Seo jiennense el sentido del sufrimiento, por lo que ha afirmado, «A muchas personas les cuesta trabajo entender el sentido del sufrimiento. El dolor del mundo les crea dificultades para creer en Dios. Jesucristo resolvió estas contradicciones haciendo suyo por amor el dolor de la humanidad. Con ello ha convertido el sufrimiento propio y el sufrimiento de los demás en un instrumento de purificación y de salvación. Para los cristianos la Cruz es el signo del amor de Dios que nos salva de todos los dolores. Es el signo de que podemos llegar hasta Él por el camino del sufrimiento vencido, por el camino de la paciencia, de la generosidad, de la esperanza, del servicio a los enfermos, a los pobres y necesitados de todas clases».
Finalmente, ha querido referirse a la Virgen María dirigiéndose al Padre, «Señor, queremos que la Virgen fiel, que estuvo junto a la Cruz en las horas terribles del Calvario, y que Tú nos pediste que acogiéramos en nuestra casa, en nuestro corazón, interceda por nosotros para que sepamos también estar a tu lado en los momentos difíciles del sufrimiento, de la tentación, de la cobardía».
Adoración de la Cruz
El momento de mayor recogimiento ha sido el de la adoración de la Cruz. El vicerrector del Seminario y dos seminaristas han portado El Cristo de la Misericordia, una talla de Gutierre Gierero del siglo XVI, desde el coro hasta el presbiterio, mientras repetía: “Mirad al árbol de la Cruz donde estuvo postrada la salvación del mundo”. Al posar el crucificado en el altar, el Obispo se ha descalzado y postrado ante la Cruz para adorarla, a continuación el pueblo fiel ha hecho lo propio ante el símbolo de la salvación.
Después se ha dado la Comunión de la reserva de ayer.
Al concluir la celebración Eucarística, se ha llevado a cabo una de las tradiciones de nuestra Iglesia de Jaén. El Obispo ha subido hasta los balcones de la Catedral para bendecir a los jienneses y los campos con el Santo Rostro, desde los cuatro puntos cardinales.
Mañana la Catedral acogerla la Vigilia Pascual a las 22.30 horas, presidida también, por el Obispo.
Galería fotográfica: «Viernes Santo 2022»