La parroquia de Santa Isabel celebra la Eucaristía de acción de gracias en su 75 aniversario
14 noviembre de 2022La parroquia de Santa Isabel de Jaén fue erigida canónicamente el 6 de noviembre de 1947, a la vez que nacía y crecía ese barrio. Por este motivo, el pasado sábado, se celebraba la Eucaristía de acción de gracias por su 75 aniversario. Una emotiva celebración que estuvo presidida por el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez.
La tarde comenzaba con una pequeña representación infantil, sobre cómo era la parroquia en los tiempos de antaño.
Pasadas las 19. 30 horas comenzaba la Eucaristía que estuvo concelebrada por el párroco, D. Francisco A. Carrasco; otros párrocos anteriores como D. Enrique Cabezudo, D. Antonio Aranda y D. José Casañas; así como el Secretario del Obispo, D. Francisco Javier Cova.
En primer lugar, el párroco tomó la palabra para agradecer al Obispo su presencia en esa tarde tan especial. Y explicaba que desde hace 75 años “la mano de Dios ha pasado sobre este barrio, con la vida de esta parroquia tan rica y tan fructífera. Hoy no estamos todos los que formamos parte de esta comunidad de discípulos misioneros, pero están bien representados todos: los que han perseverado y los que se han ido incorporando a la parroquia en los últimos tiempos. Llevamos 7 años en un proceso de conversión pastoral y se han incorporado muchas personas, atraídas por el estilo de calidad fraternidad que tiene nuestra parroquia”. Y finalmente añadió: “hoy mediante esta Eucaristía queremos dar gracias porque desde hace 75 años el Reino de Dios no ha parado de crecer en este barrio”.
Las lecturas y las ofrendas fueron participadas por los miembros de la comunidad parroquial. El Evangelio fue proclamado por D. Enrique Cabezudo.
Homilía
Don Sebastián quiso comenzar su predicación saludando a los sacerdotes allí presentes, así como a los miembros del Consejo parroquial y los agentes de pastoral “que colaboran en el funcionamiento parroquial tanto formativo, como celebrativo y caritativo. Gracias por vuestra entrega por vuestro servicio os animo a que sigáis trabajando por el reino de Dios en esta parcela de nuestra Iglesia diocesana, ayudando a nuestros hermanos a encontrar, en esta gran familia que es vuestra parroquia, el alimento, el aliento y la esperanza necesaria para su camino hacia la salvación”.
Asimismo, el Prelado quiso dar gracias a Dios por todos los párrocos, los religiosos, religiosas y laicos que han ido pasando por ese barrio y han ido construyendo ese hermoso templo. “D. Antonio Velasco fue el primer párroco. Después tomaron testigo de este servicio pastoral numerosos sacerdotes, algunos de ellos ya presentes en la casa del Padre y otros siguen siendo sirviendo con su ministerio a nuestra Iglesia peregrina en Jaén. Hoy, de una manera especial, damos gracias a Dios por sus vidas y por su ministerio y, también, tenemos presentes a todos aquellos que han formado parte de esta hermosa familia: laicos y religiosas que, como piedras vivas, han fundamentado a lo largo de estos 75 años este hermoso templo. Un templo no solo material, sino también humano, formando una gran familia discípula y misionera del Evangelio”. Y continuó: “Felicidades a todos. Pero, sobre todo, felicidades a aquellos que un día pusisteis tanto esfuerzo para levantar este templo que recoge el sentir, la fe y el amor de un barrio”.
Del mismo modo quiso hacer alusión a la Jornada Mundial de los Pobres que se celebraba durante ese domingo XXXIII del Tiempo Ordinario. “Estamos celebrando este domingo la Jornada Mundial de los Pobres. Una iglesia que no mire a los que sufren, a los necesitados, a los pobres… no es una verdadera Iglesia. Por eso, nuestra esperanza nos tiene que llevar y nos tiene que alentar a ver dónde está la pobreza entre los nuestros. Salgamos al paso para que aquellos que tienen algún tipo de necesidad puedan vivir con dignidad esta vida. Es por ello que os invito a que arropemos, a que cuidemos, a que afiancemos esa dimensión, ese sector tan importante que tiene que tener una parroquia: la caridad”.
Y culminaba su homilía felicitando de nuevo a los allí presentes. “Felicidades. Que el Señor os bendiga y que la Santísima Virgen María os cuide a vosotros y a todo este barrio, especialmente a aquellos que están enfermos o impedidos”.
La celebración eucarística terminaba con una oración de acción de gracias y el canto a la Virgen.
Finalmente, y ya en la puerta del templo, los fieles pudieron saludar y departir con Don Sebastián, que se mostró muy cariñoso y cercano en todo momento.