La Cruz misionera, protagonista de la fiesta de la fe en Villardompardo
5 febrero de 2019El pasado, 3 de Febrero, a las 17 h, los vecinos de Villardompardo salíamos, con gran emoción, junto con nuestro párroco, D. Juan Ángel Delgado, a las afueras del pueblo, a recibir la Cruz de la Misión Diocesana, de manos del párroco de Escañuela, D. Eugenio Casado.
En esta acogida han estado presentes todas las Cofradías del pueblo, con sus respectivos estandartes, báculos… (quienes, desde el momento que se les convoca para explicarles en qué consistía la Misión, están colaborando con todo), los niños de catequesis, que llevan en sus manos unas banderitas que ellos mismos han elaborado con el logotipo de la misión y quienes gritaban: «Sí, sí, sí, la Cruz ya está aquí»; la Banda Municipal, que de forma totalmente altruista, han dado la bienvenida a la Cruz con el himno de Villardompardo y la han acompañado durante todo el recorrido; representantes del ayuntamiento, que son quienes representan a la cofradía de los Santos Patronos: la Virgen del Rosario y San Francisco de Asís, y una gran multitud de feligreses.
Tras leer el párroco una breve introducción, la Cruz ha procesionado por algunas de las calles del pueblo. En primer lugar iban las cofradías de Pasión (Cristo de la Misericordia, Santo Entierro, Nuestro Padre Jesús, Virgen de los Dolores, Jesús Preso) seguidas de las cofradías de Gloria(Santos Patronos , el Resucitado, Virgen de la Cabeza, San Isidro y San Roque). Después, la banda de música, a continuación, la Cruz seguida de todos los niños y de todos los feligreses.
En el recorrido hasta llegar al templo estaban distribuidas las cinco estaciones de Vía Lucis, e integrantes de todas las cofradías las han leído.
Las personas, que por diferentes motivos, no han podido acompañar en su recorrido a la Cruz, la saludaban desde la puerta de sus casas y también se unían en oración.
Al finalizar el Vía Lucis, los niños han cargado sobre sus hombros la Cruz por la plaza, donde está ubicada la Iglesia Nuestra Señora De Gracia.
En la entrada al templo se ha dedicado un momento para que todas las personas que se encontraban allí pudieran tocar o besar la Cruz.
A continuación, dos personas, representantes de la parroquia, con velas encendidas han «guiado» a la Cruz y a quienes la llevaban en ese momento, hasta el Altar Mayor, donde el párroco dedicaba unas palabras de bienvenida a la Cruz Misionera y era colocada en el lugar que había adornado para ello y en el que se encontraban símbolos del peregrino.
Una vez que el pueblo se acomoda, se da inicio a la celebración de la Eucaristía. En ella hay una gran participación: una de las misioneras empieza leyendo una monición de entrada. Un matrimonio es el encargado de leer la Palabra de Dios; una madre y su hija hacen las peticiones; una catequista lee las ofrendas, junto al Pan y el Vino, unas semillas para que, al igual que la humilde semilla se desarrolla en la tierra, la Palabra de Dios obre en el corazón de quien la escucha, y unas flores, que nuestros niños de catequesis junto a sus madres han elaborado y con las que querían simbolizar que cargan sobre la Cruz su alegría, entusiasmo, dulzura, inocencia…
El coro de nuestra parroquia, con sus cantos, también nos invitaban a profundizar en la Misión que acaba de empezar.
Tras finalizar la Eucaristía se expuso el Santísimo y durante un momento toda la asamblea participa de la oración comunitaria y en la adoración de la Cruz.
El Santísimo queda expuesto hasta las 24h, en ese periodo de tiempo son muchas las personas que se postran ante el Santísimo y la Cruz, para tener un momento de oración. Hay momentos que son difíciles de plasmar con palabras y éste , sin duda, es uno de ellos…el Santísimo y la Cruz en el Altar Mayor, iluminados por la tenue luz de las velas, el olor a incienso…Ver como personas de avanzada edad permanecen hasta la medianoche acompañando. Oír el eco de las voces que retumban en el templo entonando cantos de alabanza a Dios. Observar esos rostros relajados que expresan alegría plena, esa alegría que solo puede provenir del encuentro íntimo y en silencio con el Altísimo … es algo bastante difícil de describir.
En la mañana del 4 de febrero hemos iniciado nuestra oración con el ejercicio del Vía Crucis dentro de la Iglesia. La Cruz ha ido recorriendo el templo mientras se leían las cartorce estaciones. Al finalizar, el sacerdote daba gracias a Dios y cada persona ha ido cogiendo una pequeña tarjeta con el nombre de un hermano anónimo, para rezarle al Padre por él, durante el período de la Misión , para que, en su tarea en la Misión Parroquial, se sienta apoyado por el Espíritu de Dios y arropado por su misericordia.
Al finalizar un grupo bastante significativo de feligreses han acompañado la Cruz hasta la parroquia de San Pedro de la localidad de Torredonjimeno.
Se respira un gran entusiasmo y alegría por esta Misión que acaba de empezar. Ya se está trabajando para la formación de los misioneros que impartirán las distintas catequesis tanto en las casas, como con niños y jóvenes y se están organizando los actos culturales.
Loly Gay Calvache
Parroquia de Villardompardo
Galería Fotográfica: «La Cruz de la Misión en Villardompardo»