El Obispo en la Misa de la Hermandad del Silencio: «Anunciad la humildad de Cristo y la maternidad de María»
18 abril de 2022En la tarde del Martes Santo, a las dieciocho horas, Don Sebastián Chico Martínez, Obispo de la Diócesis, presidió la celebración eucarística que la Hermandad del Silencio realiza previamente a su salida procesional.
Fue recibido por D. Juan Ignacio Damas, párroco de Cristo Rey, y por el Hermano Mayor de la Hermandad D. Raúl Sigler. Con un templo abarrotado, se dirigió en primer lugar a los pasos procesionales interesándose por algunos aspectos de los mismos. En el paso del Stmo. Cristo le llamó la atención la antigüedad de la talla, datos que fueron facilitados por el Hermano Mayor, y del paso de la Madre de Dios, paso que reconoció como el que había visto en el Museo provincial, por el gloria del techo de palio, sobre el que se le informó que estaba inspirado en una tabla que se ubica en la Santa Capilla de Andrés, institución que es una de las madrinas de la Madre de Dios. También se fijó en el azahar que había esparcido por la mesa del paso de palio, diciendo tras acercarse a olerlo, “huele como huele mi tierra”.
Saludando y departiendo con muchos de los hermanos que se encontraban en el templo, se dirigió al presbiterio donde se arrodilló unos instantes para orar antes de ir a la sacristía a prepararse para la celebración.
Ya durante la misma, después de afirmar lo contento que estaba por haber sido acogido por la parroquia, y por la Hermandad, instó a los hermanos a que ante la disyuntiva que nos proponía la lectura evangélica del día, ser como Judas (del que se preguntó que corazón endurecido tendría cuando Jesús le lavase los pies) o como Pedro (que negó a Jesús y después se arrepintió), fueran como Pedro, pero siempre con la humildad de pedir perdón, pues muchos son los que dicen: “Te seguiré Señor donde quieras que vayas” pero llegado el momento, se acobardan ya que son frágiles.
Animó a los Hermanos del Silencio a que en esa manifestación hermosa que iban a realizar saliendo a la calle, anunciasen la humildad de Cristo y la maternidad de María, y que con humildad fueran verdaderos Hijos de Dios y verdaderos hijos de nuestra Madre. Finalizó sus palabras diciendo que ante la disyuntiva de ser como Judas o como Pedro, tal vez fuera mejor ser como Juan, que estuvo firme a los pies de la cruz, cerca de Cristo y de María.
Después de dedicarle unas palabras a la Hermandad en su libro de cultos, se despidió de todos los presentes con palabras de ánimo ante la duda e incertidumbre que en esos momentos inundaba a todos los allí presentes.
Hermandad del Silencio de Jaén