El Obispo clausuraba, el Viernes de Dolores, el Triduo en honor al Santo Rostro
4 abril de 2023Del 29 al 31 de marzo la Catedral de Jaén acogía el Solemne Triduo en honor al Santo Rostro.
La primera jornada del Triduo estuvo presidida por D. Pedro José Martínez Robles, Secretario del Cabildo Catedral. El jueves fue el turno del Canónigo y Guardián del Santo Rostro, Antonio Javier Cañada Morales.
Finalmente, el 31 de marzo, Viernes de Dolores, concluía el Triduo el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez.
Así, la celebración eucarística, que comenzaba a las 19 horas, estuvo concelebrada por el Vicedeán de la Catedral, D. José López Chica, y otros miembros del Cabildo Catedral.
Homilía
En su homilía Monseñor Chico Martínez apuntó que “contemplar el rostro de Cristo, contemplar a Jesucristo el Verbo encarnado, su rostro, nos enseña cómo es la luz que emite el Padre, es decir, el amor del Padre, y nos enseña a amar, amándonos hasta dar la vida por nosotros.”
Asimismo, Don Sebastián explicó que al contemplar dicho rostro, vemos cómo “me ama Dios”. “Que me ama de manera íntima donde yo soy más yo: tal como soy, con mis cualidades y virtudes, con mis debilidades y defectos, con mis pensamientos y acciones.
Que me ama de modo fiel: siempre y jamás me abandona. A pesar de mis infidelidades, resistencias, negaciones jamás me deja de amar.
Que me ama de modo respetuoso: respeta siempre mis decisiones y valora mi libertad. No me manipula ni me chantajea.
Que me ama de modo gratuito: con un amor mayor de lo que imagino y merezco. No me pide nada para merecer su amor, basta que me deje amar por Él.
Que me ama de modo personal: se me da a conocer en plenitud a través de su Hijo, a quién puedo oír, palpar, sentir, ver.
Que me ama de modo paternal: es Padre misericordioso y providente que me trata como hijo, con todos los privilegios.
Y que me ama de modo creativo: con cariño, atención, detalles, afecto, preferencias”.
Del mismo modo explicó que el rostro de Cristo, nos manifiesta el amor inmenso de Dios, ante el cual sólo caben cuatro actitudes: La actitud de adoración, la actitud de imitarle, la actitud de obediencia y la actitud de dejarse corregir como hijos.
El Prelado culminó manifestando que la Semana Santa “será, un año más, una explosión de devoción, de entusiasmo, de fervor, de piedad. Que sean unos días donde le miremos y nos dejemos mirar por Él, para contemplar su amor y, contemplándolo, hacernos más humanos, para hacernos más divinos, para así mostrar al mundo el verdadero rostro de Cristo”.
Tras la Eucaristía y el ejercicio del Triduo, se realizó el piadoso Vía Crucis con el Santo Rostro, por las naves de la Catedral.