Domingo de Ramos sin procesión pero con fervor para celebrar el misterio de la Pasión
28 March de 2021El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro ha presidido la solemne Eucaristía del domingo de Ramos en la Catedral de Jaén.
Este año, y debido a las normas frente a la COVID-19 impuestas por la Diócesis, se ha eliminado la tradicional procesión de las palmas que se inicia en el Sagrario y concluye en el altar mayor del primer Templo de Jaén.
Sin embargo, en un pequeño altar creado exprofeso a las puertas de las Sacristía catedralicia, sí que se ha iniciado la liturgia con la lectura del pasaje de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén y el Obispo ha bendecido algunas palmas y los ramos de olivo que han portado algunos feligreses.
Después, ya en el presbiterio, se ha celebrado la Misa del Domingo de Ramos con la proclamación del Evangelio de la Pasión según San Marcos, que han leído el diácono y los seminaristas.
Don Amadeo ha comenzando sus palabras recordando esa confesión de fe, “Bendito el que viene en el nombre del Señor”, la frase que escuchaba Jesús a su entrada a lomos de un pollino en Jerusalén, pocos días antes de su pasión y su muerte en la cruz.
A continuación, el Prelado ha desgranado la lectura de la Pasión. Ha comenzado explicando que “la muerte de Cristo, como ÉL mismo no ha hecho ver en la Santa Cena, cobra el sentido más profundo de su encarnación redentora que es hacer la voluntad de su Padre”.
El Obispo jiennense ha recordado los momentos más relevantes de esa noche, como la Santa Cena, la Oración en el Huerto, explicando el sentido teológico de los mismos. “El destino de Jesús era morir para dar vida, para dar vida al mundo”.
Para concluir, Don Amadeo ha pedido a los feligreses, “confesemos que Jesús es el Hijo de Dios, que viene a darnos vida eterna, a darnos su salvación”.
La celebración se ha desarrollado con la solemnidad que marca el inicio de la Semana Santa, el tiempo para renovar la fe y vivir, al lado de Cristo, su pasión, muerte y resurrección. Este año, al contrario que el pasado, había un numeroso grupo de fieles en el Templo, cuando el pasado 2020, en pleno confinamiento, las celebraciones tuvieron que realizarse a puerta cerrada y sin feligreses.