Con fervor hacia la Madre se celebra la solemnidad de la que es “Más pura que el sol”
8 diciembre de 2023La letra de la canción popular la describe así: “Es más pura que el sol. Ella sola, entre tantos mortales, del pecado de Adán se libró”. Y con fervor hacía la Inmaculada Concepción de María, el dogma que proclamó el Papa Pío IX en 1854, fueron muchos los fieles que se unieron a la celebración en la Catedral, que presidió el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez.
La conmemoración daba comienzo, a las 12 del mediodía, con una procesión claustral. El Prelado jiennense, los canónigos y otros sacerdotes, que quisieron participar en la solemne celebración, ataviados con la capa pluvial azul, cerraban un cortejo en el que acompañaron hasta el altar la talla de la «Sine labe concepta», obra anónima de la Escuela Napolitana del siglo XVIII. Los porteadores de la preciosa imagen mariana fueron los miembros de la Cofradía de la Buena Muerte.
Los seminaristas, que este día celebran a su patrona, fueron los encargados del servicio del altar.
Las lecturas estuvieron participadas por los miembros de la junta de Gobierno de la Hermandad de la Buena Muerte y algunos seminaristas. El Rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz, proclamó el Evangelio de Lucas, de la Anunciación, propio de este día.
La capilla musical corrió a cargo del coro que dirige D. Alfonso Medina, organista de la Catedral.
Homilía
El Obispo quiso saludar, al inicio de su predicación al Rector del Seminario y a los que se forman como futuros sacerdotes; a los miembros del Cabildo catedralicio y otros sacerdotes. A todos los felicitó por este día.
Después, quiso subrayar que María es “victoria de Dios, victoria sobre el pecado, victoria sobre la humillación y la amargura del pecado, victoria contra el mal, victoria contra los errores y debilidades de nuestro corazón”. Para añadir que su figura se levanta al inicio del Año litúrgico, como guía y modelo de nuestra vida, en este tiempo de esperanza que es el Adviento. “Ella es alabanza de la gloria y de la bondad de Dios, fuente de consuelo y de esperanza para todos nosotros. María es el Adviento, la preparación de la venida del Salvador. En su corazón creció la espera de la salvación hasta hacer posible la venida del Salvador”.
En este sentido el Pastor diocesano explicó quea Virgen Inmaculada nos está diciendo que “el verdadero camino de la dignidad y de la felicidad está en el encuentro con Dios, en el cumplimiento de su voluntad, en la imitación y seguimiento de Cristo, en la limpieza del corazón y la riqueza moral de las virtudes”. Para continuar: “Todos los que estamos aquí queremos ser hijos fieles de la Virgen María. Hagamos ahora, hoy, en su presencia, un esfuerzo de renovación espiritual”.
Don Sebastián también quiso dirigirse a los seminaristas, que celebran a suPatrona, “la devoción a la Virgen María tiene que ser para vosotros y nosotros un verdadero programa de vida. Programa de una vida nueva, rehecha desde Cristo, cimentada en Él y alimentada con la fuerza del Espíritu Santo”.
Asimismo, quiso recordar, tal como les decía a los jóvenes en la Vigilia de la Inmaculada, cuáles son las convicciones fundamentales de nuestra vida cristiana: Somos de Dios, venimos de Dios; por encima de todo queremos vivir en la Gracia y de la Gracia de Dios; queremos conocer y cumplir la voluntad de Dios sobre nosotros; deseamos vivir santamente en el lugar y de la manera que Dios nos señale; entre todos, seminaristas, sacerdotes, religiosos y laicos, queremos renovar la Iglesia, hacerla más santa, más fervorosa, más misionera y más servicial.
Monseñor Chico Martínez, culminaba pidiendo la bendición de la Virgen Inmaculada. “Que Ella haga crecer la belleza de la gracia de Dios en las familias cristianas, que ponga el brillo de la inocencia y de la pureza en los ojos y en el corazón de nuestros jóvenes, que haga crecer en nuestro corazón el consuelo de la esperanza y la necesidad urgente del amor fraterno, para fortalecer y hacer posible la paz en nuestro mundo”.
Para concluir la celebración, se rezó la oración «Bendita sea tu pureza». Y el Obispo animó a vivir este día con alegría, por la acción generosa de Dios que, a través de una mujer, nos invitó a la salvación.
Del mismo modo, y con la mirada puesta en la Navidad, animó a los fieles a participar, en familia, en la Misa del Gallo y no perder esa preciosa tradición de reunirse, primero en la mesa y luego en la mesa del altar. Eucaristía que se celebrará en la Catedral a las 12 de la noche de ese día 24 de diciembre.
Con la bendición apostólica, culminó la Eucaristía en honor a la Sin Pecado Concebida. Una bendición con indulgencia plenaria “a todos los fieles aquí presentes que estén verdaderamente arrepentidos, y se hayan confesado y recibido la sagrada Comunión. Asimismo, recen por las intenciones del Papa, por nuestro Obispo Sebastián y por la Santa Madre Iglesia”.
Galería fotográfica: «Eucaristía Solemnidad de la Inmaculada Concepción»