Comunicado del Movimiento Cultural Cristiano en el Día internacional contra la esclavitud infantil
13 abril de 2022No a la guerra contra los niños. Construyamos la paz.
Las otras guerras contra los niños
Hoy la guerra, a las puertas de Europa, nos retrotrae y nos recuerda la barbarie que supone atentar contra la vida humana y la libertad de los pueblos.
Pero también parece que solo cuando nos llega cerca, cuando vemos el drama de millones de personas desplazadas y bombardeadas por los caminos, empezamos a ser conscientes del sufrimiento humano producido por el ansia de poder, de control de los recursos energéticos y por la perpetuación del dominio sobre los pueblos.
En estos días salimos a las calles con motivo del 16 de abril, día internacional contra la esclavitud infantil, porque todas las guerras agudizan aún más la agresión a la infancia.
Hijos e hijas separados de sus padres: reclutados como soldados y esclavos sexuales
El número de niños soldados no ha bajado de 300.000 en pleno siglo XXI. Son niños forzados a empuñar un arma e incluso a matar a sus familias y amigos, en las más de 60 guerras y conflictos armados que coexisten en el mundo además de la guerra de Ucrania.
Sólo en Sudán del Sur, más de 19.000 niños han sido reclutados en las filas de grupos armados. En la República Democrática del Congo, más de 30.000 niños son obligados a combatir en la guerrilla contra el ejército como carne de cañón, como parapeto. Y a las niñas se las usa como esclavas sexuales, ¡cuando deberían estar en la escuela, deberían jugar, tener un futuro…! En Colombia, en Perú y en otras regiones de Centroamérica, las bandas, los colectivos mafiosos armados y las guerrillas están reclutando a niños y sacándolos de la escuela para perpetrar sus actividades criminales.
Padres separados de sus hijos e hijas: Cuatrocientos millones de niños huérfanos
Aproximadamente 10.000 niños al día pierden al menos a uno de sus padres en el mundo debido al hambre, la pobreza, las catástrofes naturales, los conflictos armados, las guerras y la migración. Otros muchos millones de niños abandonan sus hogares porque son víctimas de maltrato físico o psicológico, disciplinas violentas, el abuso sexual o el acoso escolar.
Habría que incluir también, fundamentalmente en los países enriquecidos, los niños que han sido retirados de la custodia de sus padres por diferentes causas (maltrato, separaciones, abusos, etc.) y a aquellos que, aun viviendo con sus padres, pasan gran parte del día solos, porque la precariedad y explotación de los padres impiden su cuidado.
Es necesario hacer visibles las vidas de estos niños que en su soledad llegan a vivir situaciones de auténtico maltrato y horror.
Miseria, violencia y esclavitud siempre han ido unidas.
Para combatir la violencia contra la infancia y contra los pueblos hace falta ir a la raíz de los problemas. Acoger y tratar de “curar” las heridas de tantos niños víctimas es urgente y necesario pero que esto sirva de excusa y freno para que no se cambien las causas que producen estas heridas es una canallada.
Hay que repetir una vez más que esta Economía capitalista mata. Todo el entramado de empresas, relaciones comerciales e instituciones políticas que han creado está sostenido en la premisa del poder, el lucro y la lucha por la existencia. Y toda la investigación tecnológica se ha puesto a su servicio. Esta es la base de todas las violencias. La explotación laboral, el trabajo basura, el descarte en el momento en el que no seas eficaz y útil para producir o consumir; la falta de techo, de pan y de escuela,…son el mayor mecanismo de violencia que existe.
Para sostener esta violencia es necesario, además, una cultura de la muerte que justifique que mi libertad está por encima del bien común de todos. La vacuna más eficaz que nos ha puesto la sociedad capitalista es la de la insolidaridad y la indiferencia. Sus efectos son bien eficaces: hacernos pensar y sentir que todos podemos sobrevivir solos, desvinculados, indiferentes a los problemas de los demás, y sin los lazos que nos hacen personas. Se denigra la sexualidad y el cuerpo. Se ridiculiza y degrada la familia, que es y ha sido uno de los pilares fundamentales de la solidaridad y la fraternidad. Nos proponen socializarnos con las pantallas, a cambio de entregarles el alma completa.
Es bochornoso cómo somos capaces de justificar, si nos interesa, la guerra, o el descarte y la esclavitud de los niños y los más débiles de la sociedad.
Familia, asociación y solidaridad: constructores de la Paz
En unos días se celebrará el 1º de Mayo, y los sindicatos ¡no van a denunciar ni a poner a los descartados y explotados empobrecidos en primer lugar! De desterrar la explotación infantil del mundo laboral…ni se habla.
Muchos colectivos siguen defendiendo el No a la guerra. Pero esto significa, para no ser un mero postureo, adquirir un compromiso profundo por construir la paz. Y no habrá paz sin la promoción de una cultura solidaria y de una política solidaria que afronte las causas de la violencia y de las guerras que devastan y esclavizan a los niños.
La cultura solidaria exige que deje de degradarse a la familia y que pueda convertirse realmente en una escuela de solidaridad. Y para eso es necesario un trabajo digno y un salario familiar digno. Nadie ni nada, ninguna institución estatal, puede sustituir a la familia en este trabajo de construir la Paz. Sin trabajo digno ni familia solidaria, la esclavitud de los niños, la violencia contra los niños, va a seguir manteniéndose y agravándose.
La cultura solidaria exige que nos asociemos y organicemos con otras familias para hacer posible el bien común. Exige asociaciones que construyan amistad cívica, comunidades de cooperación y ayuda mutua, profesionales comprometidos con el bien común,…en definitiva, una sociedad fuerte y organizada para la solidaridad.
La cultura solidaria DEBE ABOLIR Y PENALIZAR TODA VIOLENCIA Y ESCLAVITUD INFANTIL.
Queridos amigos, la esperanza es la virtud del que lucha. Nada se ha conseguido en la historia de la humanidad con las manos en los bolsillos, o colocándonos como meros espectadores de un drama, esperando que a nosotros no nos toque.
NO A LA ESCLAVITUD INFANTIL. NO A TODAS LAS GUERRAS. NO A LA GLOBALIZACIÓN DE LA INDIFERENCIA.
Movimiento Cultural Cristiano