Las Misioneras del Divino Maestro realizan la Oración Vocacional del mes de Abril
17 abril de 2015 El jueves, 16 de Abril, tuvo lugar la oración vocacional en el Seminario Diocesano. Como es tradición todos los meses el seminario organiza la oración para rezar por las vocaciones al sacerdocio y vida consagrada tan urgentes en nuestra sociedad actual, y sobre todo en nuestra diócesis. En esta ocasión fueron las misioneras del Divino Maestro de Jaén las encargadas de realizar dicha oración. Como bien se sabe, estamos celebrando el Año a la Vida Consagrada junto con el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Por ello en esto curso las oraciones vocacionales las han preparado las congregaciones de religiosas que tenemos más cercanas en Jaén capital.
Dábamos inicio a la oración con una asistencia muy favorable, alrededor de 50 personas nos acompañaron y rezaron con nosotros. Empezábamos con un canto de Pascua que nos ambientaba en el tiempo que estamos viviendo los cristianos, es el tiempo de la celebración de la Resurrección del Señor, el eje fundamental de nuestra Fe. Después se expuso el Santísimo e hicimos un momento de silencio y oración personal. La dinámica de la oración consistía en leer texto del fundador de las misioneras del Divino Maestro, D. Francisco Blanco Nájera, con gran ejemplo sacerdotal y de santidad en su vida. Mediante cantos y meditaciones conocimos un poco sobre su vida y sobre todo de sus enseñanzas que les dirigía a las misioneras. Los temas como la Eucaristía, el apostolado y la vocación fueron la base para la meditación y oración. Después entonábamos el canto de “Cristo mi centro”, que es el lema de las oraciones vocacionales de este curso. No tenemos más centro que Jesús y de la respuesta que demos a su llamada depende nuestra felicidad, felicidad que sin duda estará asegurada si lo seguimos y tenemos Fe en Él. A continuación hubo un espacio de peticiones y reflexiones personales que nos ayudaban a pedir por las necesidades actuales del mundo. Antes de la reserva del santísimo reflexionábamos dónde encontrar la fuente en que poder beber raudales del Amor de Dios…
Finalmente se reservó el Santísimo Sacramento y cantábamos a la Virgen María pidiéndole a la vez su intercesión y cuidado como Madre de todos los cristianos.
De nuevo la comunidad agradece a las personas que asistieron a la oración su fidelidad en la oración por las vocaciones tan necesitadas hoy en día. No podemos dejar de rezar por ello, es una tarea que entre todos podemos llevar a cabo y confiando en la gracia del Señor Jesús esperaremos con alegría los frutos de nuestra oración. Gracias a todos.