Carta del Sr. Obispo en la Jornada de Nuevos Templos (19 de septiembre de 2010)
10 septiembre de 2010 La Iglesia que peregrina en Jaén celebrará el próximo domingo, 19 de septiembre, la «Jornada Nuevos Templos», en la que todas las parroquias giennenses destinarán las colectas de las misas para la financiación de la construcción de nuevas iglesias en nuestra Diócesis.
Como pueden ver en el cartel realizado para esta Jornada, estamos construyendo el templo parroquial de Santa María Madre de la Iglesia y, están por construir, los del Sagrado Corazón de las Infantas y San Pedro Poveda en Jaén, San Eufrasio en Andújar y una nueva parroquia en Linares.
El templo parroquial es el rostro histórico y creativo de las generaciones de creyentes que nos han precedido. El culto, la catequesis, la caridad, la cultura, han modelado el ambiente en el que el pueblo fiel y creyente aprende, celebra y vive la propia fe. Podríamos decir que nada define mejor las ‘señas de identidad’ de un pueblo que su iglesia.
Las ayudas y subvenciones recibidas de las instituciones públicas se aplican a la conservación y restauración del patrimonio cultural, lo que agradecemos sinceramente, pero la iglesia, más que un monumento digno de admiración por su armonía artística, es un lugar en el que se celebra y expresa la fe; unas veces se hace en comunidad con los demás hermanos, otras resulta ser el espacio en el que el corazón, en medio del silencio, es iluminado para hablar con Aquel en que tiene puesta su confianza. Nuestras iglesias son un lugar privilegiado de meditación y de silencio para oír a Dios, de ahí que nuestra necesidad principal sea la pastoral en las nuevas comunidades que se van formando. Por eso solicito encarecidamente para esta colecta extraordinaria, la aportación económica de todos los fieles.
La colecta del año 2009, primera que realizamos con este fin, ascendió a la cantidad de 50.258,51€. Comprendo que se trata de una cantidad modesta, pero hay que decir que también muy provechosa. Por eso, a la par que les doy las gracias a todos por su generosidad, les insisto en lo que decía San Pablo a los cristianos de sus comunidades: que nadie dé su aportación con tacañería y de mala gana. Puesto que es un signo de amor a la Iglesia, de fe y comunión en Jesucristo, hagámoslo con generosidad y con alegría.
Me dirijo especialmente a los católicos, que son los más interesados en el tema, pero sin duda hay otros. que, sin serlo, conocen y valoran como se merece la impresionante tarea humanizadora que realizan las parroquias. No sería la primera vez que un creyente de otra religión aporta una ayuda sustanciosa para construir un complejo parroquial católico. Hoy les tiendo la mano a todos, con la humilde confianza de quien nada pide para sí, sino para servir al pueblo de Dios y a cuantos necesitan una parroquia en su pueblo o en su barrio.
Con mi agradecimiento y bendición
+Ramón del Hoyo López, Obispo de Jaén