Homilías de los Domingos 29 y 30 del Tiempo Ordinario
14 octubre de 2009DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B (18 de octubre de 2009)
El que quiera ser primero sea esclavo de todos
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DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B (25 de octubre de 2009)
Maestro, que pueda ver
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DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B (18 de octubre de 2009)
El que quiera ser primero sea esclavo de todos
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Ojalá y este domingo nos conceda el Señor experimentar ese amor, que es el secreto para llegar a los primeros puestos ante él, ¡aunque suponga el último puesto ante los grandes de este mundo! Porque, como nos sigue asegurando el salmista, los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B (25 de octubre de 2009)
Maestro, que pueda ver
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El diálogo entre Jesús y el ciego es breve pero fascinante. El Señor le pregunta: “¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: “Maestro, que pueda ver”. Y Jesús se limitó a decir: “Anda, tu fe te ha curado”.
Aquel hombre ya podía ver y andar por su cuenta, pero ¿dónde ir?… Y demostró entonces cómo Jesús, en realidad, había sanado su propio mirar: «¡Me voy con Jesús!» Y se puso a seguirlo por el camino, aquél que llevaba a Jerusalén; aquél que todo discípulo ha de recorrer si quiere estar unido a Jesús. Sólo que para lograrlo es necesario mirarlo con fe. La oración del ciego es hoy nuestra oración: pedir la luz de la fe para entender ese camino, esa intención, ese sentido de la vida que nos hace cristianos, justo por ser discípulos del que ha querido pasar junto a nosotros para en sí mismo mostrarnos por dónde llegar a Dios…