Carta Pastoral: Manos Unidas
9 febrero de 20161. El próximo día 14 de febrero, Domingo, celebramos las diócesis españolas, esta Jornada, precedida del “día del ayuno voluntario”, del viernes día 12.
Manos Unidas, organización de la Iglesia católica, lleva ya más de cincuenta años en su lucha contra el hambre en el mundo, la desnutrición, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción. Su finalidad es trabajar para ir erradicando las causas que provocan estas situaciones.
Es cierto que se han dado grandes pasos y se han logrado importantes objetivos. Los programas concretos que Manos Unidas ha venido encomendando durante estos años a los arciprestazgos de la Diócesis son, como una gota de agua en el océano, pero, gracias a estas iniciativas, muchas personas han logrado acceder a un trabajo, a una educación que está produciendo sus frutos, a disponer de agua potable y otros servicios.
2. Sin embargo, todavía es largo el camino que resta por recorrer, sobre todo ante la escasa sensibilización que existe sobre las verdaderas causas del hambre. Aquí es donde deberá actuarse, de forma especial, sobre todo, para resolver el problema en sus raíces.
A través del lema de este año: PLÁNTALE CARA AL HAMBRE: SIEMBRA, Manos Unidas nos invita a sembrar en nuestro entorno el Evangelio de las Bienaventuranzas. A sembrar en los corazones la gran verdad de que alimentarse, no pasar hambre, es un derecho primario de toda persona, de que las generaciones presentes tenemos que preservar los recursos naturales para las futuras y la idea de que, una apropiación exclusiva y abusiva de estos recursos se opone a la llamada de Dios ya desde el Génesis: “El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara” (Gn 2,15).
Las causas de la pobreza en el mundo radican en criterios falsos y en planteamientos erróneos económicos, políticos y comerciales. Los últimos Pontífices, como ahora el Papa Francisco, han puesto el dedo en la llaga, apuntando que es la persona la que debe ocupar el centro de la economía y desarrollo, no el dinero y el poder. Más vale enseñar a pescar que regalar pescado. Servir a la persona y no servirse de la persona.
3. Dejando claros estos planteamientos, y como respuesta a dos de las obras de misericordia en este año jubilar extraordinario: “Dar de comer al hambriento y de beber al sediento”, seguiremos apoyando a esta nueva Campaña contra el hambre en el mundo, arrimando nuestro hombro junto a Manos Unidas.
Dios Creador hizo las cosas para los seres humanos, para todos sin excepción. Es su casa común, que es este mundo. Que nadie impida este proyecto divino y que todos colaboremos para dar nuevos pasos en esta dirección, sin pararnos, aunque el horizonte quede lejos.
Desde aquí quiero dar las gracias a los dirigentes de Manos Unidas, a tantos colaboradores y voluntarios de la Iglesia de Jaén. Son muchos y trabajan sin horarios y gratuitamente por esta noble causa. Gracias también a tantas personas generosas que, desde el anonimato, contribuyen con sus ayudas a los Proyectos concretos que nos han encomendado y hemos asumido para la presente campaña.
Con mi saludo agradecido en el Señor.
+ Ramón del Hoyo López
Obispo de Jaén