Comienza la Cuaresma con la imposición de la ceniza y el posterior Vía Crucis por las calles de Jaén
11 febrero de 2016La S. I. Catedral de Jaén acogía el pasado miércoles, 10 de febrero, la Solemne Eucaristía del Miércoles de Ceniza, en la que se procedió a la bendición e imposición de la ceniza, dando así comienzo a la Cuaresma.
Previamente, a las 18.30 horas, la imagen de Jesús Preso, de la Real Congregación del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de los Dolores, salía desde la Basílica Menor de San Ildefonso, hacia el primer templo diocesano.
A las 20 horas comenzaba la Eucaristía presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López y concelebrada por el Sr. Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas; el Sr. Vicario de Pastoral y Consiliario de la Agrupación de Cofradías, D. Francisco Rosales; y varios sacerdotes más.
Igualmente, asistieron a la celebración multitud de fieles, así como la directiva de la Agrupación de Cofradías de Jaén y diversos miembros de las Cofradías y Hermandades de la ciudad.
“Una nueva Cuaresma, en nuestras manos. Nueva oportunidad para revisar nuestra dirección en la vida. Desde la Pascua anterior probablemente que nuestro hombre viejo ha seguido creciendo en nosotros, junto a otros momentos, porque tendemos más a desviarnos que a seguir por el recto camino. Tenemos la experiencia de que las cosas bien hechas nos llenan de paz interior y hasta sentimos las bendiciones de Dios. Al contrario, cuando aflojamos y cedemos a idolatrías, que continuamente nos acechan, a la larga, nos llega el remordimiento y una especie de fracaso personal interior. Nos sentimos más pobres. Por eso, ¡qué bien nos viene a todos este tiempo anual! Cuarenta días para rectificar o remontar la atonía del camino de nuestra salvación que no es otro que el Evangelio de Jesucristo”, aseguraba el Sr. Obispo durante su homilía.
Asimismo quiso hacer hincapié en su carta pastoral para esta Cuaresma. “En una reciente Carta que he escrito a todos los diocesanos bajo el título «en el umbral de la Cuaresma», les recuerdo lo que seguramente conocen casi todos los que me escuchan: El interés del Santo Padre, el Papa Francisco, porque esta Cuaresma la vivamos con mayor intensidad que nunca, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios. Hemos de intentar, con ilusión renovada cada uno, redescubrir, nos dice también, el rostro misericordioso de Dios Padre, sobre todo a través de las páginas de la Sagrada Escritura. Acercarnos a la Sagrada Biblia, a los Evangelios, para descubrir en las palabras, en los gestos, en la vida de Jesús de Nazaret, ese rostro misericordioso de Dios, porque como le dijo al Apóstol San Andrés «quien me ha visto a mí, ha visto al Padre». En el Mensaje cuaresmal del Papa, dirigido a toda la Iglesia, nos pone esta frase en el umbral de la Cuaresma: la hacemos nuestra: «Misericordia quiero y no sacrificio» (Mt 9,13) y nos invita a la práctica de las obras de misericordia corporales y espirituales”.
“Pedimos al Señor comenzar la Cuaresma con el deseo sincero de seguir muy de cerca a Jesús durante estos cuarenta días, modelando nuestras vidas junto a la suya, preparando una buena confesión para experimentar la misericordia de Dios, su paz y alegría interior, y no cerrar nuestras manos al necesitado. Pongamos en acto alguna o algunas de las obras de misericordia. Que así sea.”, culminaba.
Tras la ceremonia, la imagen de Jesús Preso presidía el Vía Crucis, alumbrando únicamente los cofrades de la Congregación de la Vera Cruz y cumpliendo el itinerario previsto.