Opción por la fe: ocho adultos reciben los sacramentos de iniciación cristiana en la Catedral
9 abril de 2024En el domingo de la Divina Misericordia, el segundo de Pascua, dos hombres y seis mujeres recibieron los sacramentos de iniciación cristiana de manos del Obispo de Jaén, entrando a formar parte de la comunidad cristiana.
Una hermosa ceremonia en la que los neófitos entrar a formar parte de la Iglesia católica por una decisión personal y meditada, después de recibir una formación específica y un acompañamiento personal por parte de sus catequistas.
Las comunidades parroquiales de la Asunción de Jódar; San Félix de Valois, Santa Cristina, Santa María Madre de la Iglesia y San Juan de la Cruz de Jaén capital; San Juan Bautista de Úbeda; Nuestra Señora de los Ángeles de Carchelejo y San Eufrasio de Andújar, celebraron con alegría el don de la fe de estos hombres y mujeres, que después de un encuentro personal y transformador con el Señor han recibido los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Comunión.
El Obispo, Don Sebastián Chico, comenzó el rito abriendo el paso a los catecúmenos la Catedral, antes había interrogado a sus padrinos si los aspirantes estaban preparados para recibir los Sacramentos.
Las lecturas estuvieron participadas por familiares de los nuevos cristianos, y el Evangelio proclamado por el Delegado del Catecumenado, D. Jesús Díez del Corral. El coro de Santa Bárbara de Linares fue el encargado del acompañamiento musical en la celebración.
Homilía
En la homilía, el Obispo comenzó acogiendo “con gozo” a los catecúmenos, por los que “rezamos intensamente para que el Señor derrame abundantemente su Gracia en vosotros”. A continuación, les recordó que su opción, tomada desde la madurez y desde la libertad, pone “los cimientos de vuestra vida cristiana”, a la vez que subrayó la alegría de la comunidad que los recibe: “la comunidad nos sentimos muy unidos a vosotros, de manera especial en estos domingos del tiempo pascual donde nos invitan a confirmar y renovar nuestra fe, alentándonos a una vida coherente, verdadera y operante”
A continuación, Monseñor Chico Martínez les recordó las tres consecuencias de la fe en el resucitado para la vida cristiana. En este sentido, expresó que la primera es “que la presencia del Señor siempre trae la paz. Si nos falta la paz interior es que estamos entretenidos con otras presencias que no nos permiten recibir ni percibir la cercanía del Señor resucitado. La segunda es que la visita del Señor es siempre misión, encomienda.
Y la tercera, es que, aunque sintamos dificultades para creer, no tenemos que alarmarnos, las sintieron los mismos Apóstoles y el Señor tuvo la paciencia de confirmar y fortalecer su fe vacilante dejándose tocar, acercándose a ellos muchas veces”.
Para finalizar su homilía, Don Sebastián animó a los catecúmenos a vivir esta experiencia con verdadera pasión, porque “a partir de hoy entráis en un universo nuevo, en una historia de salvación, en la familia de los hijos de Dios y, en definitiva, en el pueblo que es propiedad personal del Señor”.
Rito del Bautizo y de la Confirmación
Al finalizar sus palabras comenzó el rito propio de esta solemne celebración, con las súplicas y el rito penitencial. A continuación, Don Sebastián ungió las manos de los catecúmenos con oleo bendecido en la misa crismal, junto con la petición de protección de este crisma: “Que os proteja el poder de Cristo Salvador, con cuya señal os ungimos con este óleo de salvación en el nombre del mismo Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos”.
Después se dirigieron hasta el baptisterio para recibir las aguas del bautismo. Tras bendecir, el Prelado fue vertiendo agua sobre las cabezas de los neófitos que recibían la fe en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, con la mano de sus padrinos en el hombro, que los van a seguir acompañando en su camino de fe.
Al concluir, recibieron la vela que simboliza la fe, prendida instantes antes del cirio pascual, a la vez que se revistieron con albas blancas. El canónigo D. Manuel Carmona explicó el sentido de la luz, que simboliza su fe en Cristo, a la vez que señaló que las vestiduras blancas son las que deben representar desde ahora su vida, porque son ya ciudadanos del cielo. Y que mantuvieran limpias, hasta su vida eterna, esas vestiduras hasta presentarse al Señor.
El siguiente momento fue el de la Confirmación, en la que fueron, de nuevo ungidos, esta vez en la frente, para recibir el Espíritu Santo.
Los ocho catecúmenos recibieron la primera comunión, con gran emoción, bajo las especies de pan y vino.
Antes de la bendición solemne, el Obispo volvió a felicitar a estos nuevos cristianos y los animó a ser luz y sal en medio de su vida cotidiana, anunciando con sus obras el Reino de Dios.
Tras las foto de familia, todos pasaron a la Sacristía para saludar y compartir unos momentos con el Obispo y sus familiares.
Un gran día para estos ocho nuevos cristianos cuya fe los ha llamado a ser injertados en el cuerpo místico del Cristo, que es la Iglesia, que los recibe con júbilo pascual.
Galería fotográfica: «Sacramentos de iniciación cristiana para ocho adultos»