Los jiennenses adoran la Cruz de Cristo, símbolo de la salvación del mundo, en este Viernes Santo
29 marzo de 2024El Viernes Santo ha comenzado, en la Catedral de Jaén, con el rezo solemne de Laudes. Ya por la tarde, el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, ha presidido la celebración de los Santos Oficios de este Viernes Santo, en el primer templo de la Diócesis. Una ceremonia solemne, pero con el templo en penumbra, y marcada por la sobriedad en la ornamentación del presbiterio y la mesa de altar desnuda ante la muerte del Crucificado.
Don Sebastián ha estado acompañado por el Provicario General de la Diócesis, D. José Antonio Sánchez; el Canónigo y Rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz; y otros miembros del Cabildo catedralicio, como D. Juan García, Enrique Cabezudo, D. Emilio Samaniego, D. Antonio Lara, y D. Manuel Carmona. Asimismo, han participado en la celebración los seminaristas.
Tras la procesión de entrada, al llegar al presbiterio, el Prelado, el Provicario General y el Rector se han postrado ante el altar. Los demás concelebrantes, seminaristas y pueblo fiel se han arrodillado.
Las lecturas han sido participadas por miembros de la Cofradía de la Buena Muerte y el salmo por el seminarista Guillermo Pérez.
Después, el relato de la pasión y muerte de Cristo ha sido cantado por el canónigo D. Emilio Samaniego; y los seminaristas Daniel Cano y Salvador Ruiz.
Homilía
El Obispo ha realizado su predicación sentado y sin mitra. Ha comenzado recordando que la Iglesia nos invita hoy “a contemplar la pasión y la muerte del Señor, a entrar dentro de estos momentos tan intensos en la vida de Jesús, estos sentimientos de Jesús que constituyen el centro de la historia de la humanidad y del mundo. ¿Cómo podemos acercarnos al interior de estos acontecimientos? Nada mejor que intentar acercarnos a la persona de Jesús con el amor y la cercanía de su Madre, la Virgen María”. Y en este sentido ha añadido: “Ella y el apóstol Juan, siguiendo de cerca los pasos de Jesús, acompañando a Jesús en la terrible soledad de la cruz, representan a la Iglesia entera, y son los modelos de todos los que a lo largo de los siglos queremos acercarnos a la pasión y a la muerte de Jesús”.
Del mismo modo, Don Sebastián ha subrayado que la pasión y muerte de Jesús fue la consumación de su amor. “Él aceptó con serenidad y entereza aquellos sufrimientos físicos y morales que se le vino encima para mantenerse del todo fiel en el cumplimiento de la voluntad salvadora de Dios, para mantener claro y firme su testimonio sobre la bondad de Dios, para mostrarnos y abrirnos el camino de la vida verdadera en la comunión de fe y de amor con Dios por encima de todas las tentaciones y de todas las dificultades que podamos encontrar en nuestra vida”.
El Prelado jiennense, además, ha apelado a la adoración y gratitud de los cristianos, de manera particular, en este Viernes Santo. “Acerquémonos, esta tarde y siempre, a la Cruz de Jesús, al Jesús de la Cruz, con el amor de María y del apóstol Juan, con un corazón agradecido, porque sus sufrimientos nos han curado, porque sus dolores han iluminado nuestra vida, porque su fidelidad, su comunión amorosa con el Padre nos limpian de nuestros pecados y nos permiten vivir en paz con Dios y con los hermanos”.
Monseñor Chico Martínez ha concluido su homilía pidiendo al Señor “valentía para ir por la vida con la señal de tu Cruz marcada en nuestra frente”. “Danos valentía ante el sufrimiento, libertad ante el juicio de los que no te aceptan a ti, fuerza para multiplicar en el mundo las obras de tu misericordia que son las obras de Dios y las obras de nuestra salvación”.
Adoración de la Cruz
Uno de los momentos de mayor recogimiento ha sido la adoración a la Cruz. El Rector del Seminario y Canónigo, D. Juan Francisco Ortiz, acompañado por dos seminaristas, han llevado el Crucificado desde el coro hasta el presbiterio. Mientras se acercaban al altar mayor han pronunciado tres veces, “Mirad el árbol de la cruz donde estuvo clavado la salvación del mundo”. Posteriormente, el Obispo se ha descalzado y se ha quitado la casulla, para arrodillarse ante la Cruz. Más tarde presbíteros, seminaristas y pueblo fiel han hecho lo propio ante el símbolo de la salvación. Después se ha dado la Comunión de la reserva de ayer.
Bendición con el Santo Rostro
Al concluir la celebración litúrgica el Obispo ha procedido a la bendición del pueblo diocesano con el Santo Rostro, desde los cuatro puntos cardinales. En esta ocasión, y debido a las inclemencias meteorológicas, no ha podido hacerlo, como es tradición, desde los balcones de la Catedral, pero sí lo ha hecho desde el interior del templo. Finalmente, se ha expuesto a los pies del altar, para la veneración de todos los fieles.
Mañana la Catedral acogerá la Solemne Vigilia Pascual a las 22.30 horas, presidida también, por Monseñor Chico Martínez.