Los jóvenes del Papa regresan a Jaén con el corazón lleno de amor de Dios
7 agosto de 2023Lejos queda ese 26 de julio cuando cuatro centenares de jóvenes jiennenses partían hacia Portugal para, convocados por el Papa Francisco, participar del encuentro mundial de la Iglesia y los jóvenes.
Más de un millón y medio, llegados desde todos los continentes han vivido días de intenso testimonio, experiencias únicas y mucho amor, el que emana del Padre misericordioso para con sus hijos, que ha colmado la alma de todos los que han participado en la Jornada Mundial de la Juventud.
La Misa de clausura, en el campo de Graça, en Lisboa fue el punto final, o el de inicio, el de para muchos una nueva vida enraizada en Cristo, y con ese mensaje del Papa Francisco: “No tengan miedo”, que a los que ya peinan canas, recordaban a las palabras de San Juan Pablo II en el inicio de su pontificado. El mensaje es el mismo, la sociedad ha cambiado, el Evangelio es eterno. Y es que son estos jóvenes los que formarán las sociedades del futuro, las que con su testimonio lleven el mensaje de Jesucristo a las aulas, a sus primeros trabajos, a sus familia, a todo el mundo.
Ese campo de Graça fue ayer el Tabor, del que hay que bajar para seguir caminando y hacerlo ahora con la esperanza del Señor. “Amigos, queridos jóvenes, también hoy nosotros necesitamos algo de luz, un destello de luz que sea esperanza para afrontar tantas oscuridades que nos asaltan en la vida, tantas derrotas cotidianas para afrontarlas con la luz de la resurrección de Jesús”, les decía el Santo Padre a los jóvenes congregados. Y es que el Papa sabe que los desafíos del mundo actual son distintos, pero con algo en común respecto a las generaciones anteriores, y es la necesidad de los jóvenes de cambiar el mundo y sentirse capaces de hacerlo. “A ustedes, jóvenes, que quieren cambiar el mundo, y está bien que quieran cambiar el mundo y que quieran luchar por la justicia y la paz; a ustedes, jóvenes, que le ponen ganas y creatividad a la vida, pero que les parece que no es suficiente; a ustedes, jóvenes, que la Iglesia y el mundo necesitan como la tierra, necesita la lluvia; a ustedes, jóvenes, que son el presente y el futuro; sí, precisamente a ustedes, jóvenes, Jesús hoy les dice: “No tengan miedo”. “No tengan miedo”.
Para los que han vivido una JMJ por primera vez será un antes y un después en su vida. Para los jóvenes jiennenses que han participado, junto con el Obispo Don Sebastián y una veintena de sacerdotes, será el impulso para trabajar por el Reino con la certeza de saber que “no están solos”.
Antes de emprender camino de regreso nuestros jóvenes nos cuentan:
El domingo fue el último día de esta increíble aventura, nos levantamos después de una noche llena de emociones intensas y bonitas, llenas de música, sencillamente, muy llenas de Dios.
Seguidamente, hemos celebrado la misa de envío con el Papa, que ha sido muy emocionante y emotiva, ya que hemos visto que no estamos solos, que necesitamos algo de luz que sea esperanza para afrontar dificultades y el Señor es la luz que no se apaga. Hoy nuestro Dios ha iluminado nuestra mirada y nuestros corazones.
Porque Dios nos quiere exactamente como somos, no como queremos ser, nos ha hecho así, pensándonos desde su corazón y con toda el alma. Por eso, el día de hoy, me ha enseñado que tenemos que contagiar la alegría misionera y el amor gratuito de Dios.
Por último, nos despedimos de Portugal camino a Jaén, con el corazón lleno de Dios y ganas de ser raíces de alegría.
Jóvenes de Jaén en la JMJ