Conferencia en Úbeda sobre las próximas Beatificaciones de siete mártires de nuestra Diócesis
24 mayo de 2013 En la Aula-Magna de las escuelas SA.FA de Úbeda, ha tenido lugar una charla-coloquio sobre la próxima celebración de Beatificación, 13 de octubre en Tarragona, de los siete mártires de nuestra Diócesis, a cargo de D. Antonio Aranda, Delegado para la Causa de los Santos. Se centró en el sentido de las próximas Beatificaciones y el tesoro que supone para toda la comunidad cristiana el testimonio valiente de tantos mártires. La variedad de los próximos mártires: el Sr. Obispo, tres sacerdotes, una religiosa y dos jóvenes, muestran la riqueza de nuestra comunidad diocesana, donde tantos otros cientos de personas dieron su vida como consecuencia de su fidelidad a Cristo, en época de persecución.
D. Diego Poyatos, sobrino de José María Poyatos Ruiz, joven de Rus, que murió diciendo “viva Cristo Rey” ante la cruz que hay a la entrada del cementerio de Úbeda, el 3 de octubre de 1936, habló de su ambiente familiar y sobre sus cualidades humanas y religiosas. También resaltó la “cualidad especial” que tenía este joven, para “predecir” de forma muy concreta “acontecimientos”, como el de su propia muerte: día, lugar y forma.
D. Ramón Martínez Arias, actual presidente de la Adoración Nocturna, hizo un análisis de la situación política y su incidencia en las manifestaciones religiosas en Úbeda. Al igual que José María otros catorce miembros de la Adoración Nocturna murieron mártires. También sufrieron persecución algunos miembros de la Acción Católica, de la cual José María también formó parte.
D. Eusebio Figueroa, párroco de S. Juan Bautista, resaltó el hecho de que José María vivió durante los diez últimos meses de su vida en esta feligresía. Trabajó en la orujera de D. Baltasar Lara, dando un testimonio valiente de obrero cristiano militante.
Una de sus “predicciones” fue, “que una congregación religiosa, fundaría un colegio para los niños necesitados”, señalando los terrenos en los que poco después de la guerra, se levantaría la SA.FA, dejando a su hermana “su ajustador de oro” para la llave del sagrario de la Iglesia que llevaría el nombre de Cristo Rey. Todo esto se ha cumplido.