Oración Vocacional: Como María, di ‘Sí’ al Señor
14 mayo de 2013 Hace tan sólo unos días, la comunidad del Seminario Diocesano de Jaén celebraba, como viene siendo habitual, el primer jueves de mes, la oración vocacional. Es sabido que estas celebraciones se alternan mensualmente en el lugar donde tienen lugar. Si bien en el mes de abril visitábamos la Parroquia de San Miguel, tal y como recuerdan, en el mes de mayo celebrábamos nuestro encuentro vocacional en la capilla del propio Seminario.
Bajo el título, “Como María, di ‘Sí’ al Señor”, nos reuníamos ambas comunidades, Seminario menor y mayor, junto con un grupo de amigos y amigas incondicionales que no faltan a la cita mensual para rogar al dueño de la mies que mande obreros a su mies. Para pedir por las vocaciones sacerdotales y religiosas que tanto necesita nuestra iglesia.
En este mes de mayo, señalábamos que hablar de vocación es hablar de María, la mujer del “sí”, que con su corazón generoso y entregado siempre está dispuesta a buscar la voluntad de Dios en su vida. Éste fue nuestro propósito para meditar en esta ocasión, María, nuestra Madre, como ejemplo de vocación.
El diácono, D. Antonio Lozano, expuso el Santísimo Sacramento acompañado con un canto. Todos juntos escuchamos la Palabra de Dios (1 Jn. 4, 7 – 21) y reflexionamos mediante unas dinámicas que “Donde hay caridad, allí está el Señor. Donde hay personas que se ayudan, se perdonan, se unen, se aman, es que están movidas, quizá sin saberlo, por el Espíritu de Dios”.
A continuación, fue el momento de ofrecer a nuestra Madre, nuestras flores espirituales, nuestras intenciones y necesidades, para que a través de Ella, sean presentadas a Dios Padre. Para ello, nuestros hermanos y hermanas en la oración tras proclamar de manera individual las distintas invocaciones, peticiones y súplicas, ofrecían a la Virgen María una flor como símbolo de la flor espiritual que brota de los corazones de sus hijos y que se ofrecen al corazón de tan amantísima Madre. Finalmente, tras el rezo del Padrenuestro y la reserva del Santísimo, nos despedimos con un bello canto mariano que puso el broche a esta penúltima oración vocacional de este curso.
Agradecemos a todos los participantes su oración generosa y os invitamos nuevamente a la próxima oración vocacional. Y no olviden tener siempre muy presente en sus oraciones diarias, las necesidades de nuestro Seminario y, sobre todo, rezar por las vocaciones.
Antonio José Blanca Ortega