Más de 150 sacerdotes renuevan sus votos sacerdotales en la Misa Crismal
27 marzo de 2013 Ayer, Martes Santo, 26 de marzo, se celebraba en la Catedral de Jaén la Santa Misa Crismal. A las 11 de la mañana comenzaba la ceremonia presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López, y concelebrada por D. Antonio Ceballos, Obispo emérito de Cádiz y Ceuta, y 155 presbíteros entre los que se encontraban los Vicarios episcopales, arciprestes y sacerdotes que cumplían los 25, 50 y 60 años de ministerio sacerdotal.
Durante su homilía, el Sr. Obispo quiso felicitar a Monseñor Ceballos “que en el día de ayer celebró el 25 aniversario de su Ordenación Episcopal”. En la sacristía, al finalizar la Santa Misa, D. Ramón tuvo unas palabras de felicitación hacia D. Antonio Ceballos. El Obispo emérito de Cádiz y Ceuta agradeció el gesto del Sr. Obispo y las felicitaciones que estaba recibiendo. Sus palabras cercanas y afectuosas fueron recibidas por los sacerdotes con un aplauso.
En su homilía, D. Ramón del Hoyo agradeció la generosa y ejemplar entrega de los sacerdotes diocesanos al servicio a la Iglesia. “Cada año en esta solemne Misa se nos invita a los sacerdotes a dar un renovado ‘sí’ a la llamada que un día pronunciamos el día de nuestra ordenación. El Señor mismo, mediante las manos del Obispo impuso sus manos sobre nuestra cabeza y nos consagró para siempre a su misión. Hemos recorrido caminos diversos después de aquella llamada y ojalá pudiéramos afirmar como San Pablo en su segunda Carta a los Corintios: «no ha disminuido nuestro celo en el ministerio que, por misericordia de Dios, nos ha sido encomendado». Pidamos con fe en esta Eucaristía que contiene viva la llama de nuestra entrega incondicional a Jesucristo. Renovaremos con gozo nuestros compromisos sacerdotales en esta celebración, lo que me da ocasión para agradeceros, en nombre del Señor, vuestra generosa y ejemplar entrega al servicio del pueblo de Dios en nuestra Iglesia diocesana”.
“Esta mañana Jesucristo se acerca en persona a cada uno de nosotros y a la familia presbiteral para llenar nuestros vacíos y colmar nuestras esperanzas. El nos quiere y conoce mejor que nadie. Nos ama a cada uno, con un amor de predilección. De nuevo renovamos las promesas que hicimos un día ante la Iglesia, uniéndonos estrechamente a Jesucristo, para configurarnos con Él, Cabeza y Pastor de su rebaño, para renovar nuestra misión de anunciar el Evangelio, para celebrar los sacramentos y construir la Comunidad de los hijos de Dios. En este Año de la Fe la Iglesia nos invita, de una forma especial, al profundizar y tomar conciencia clara de nuestra fe, como sacerdotes. El único camino será profundizar en el sacerdocio de Jesucristo, para saber cómo debe ser nuestro sacerdocio ministerial”, continuaba Monseñor del Hoyo.
Durante la ceremonia, además, se bendijeron los Óleos de los Catecúmenos y de los Enfermos y se consagraba el Santo Crisma, que se distribuirán por todas las parroquias de la Diócesis para el servicio y atención de los nuevos bautizados, confirmandos, consagrados al ministerio diaconal y sacerdotal, y enfermos. Los sacerdotes renovaron las promesas de su ordenación y ante las preguntas del Obispo, afirmaron que querían unirse más fuertemente a Cristo y configurarse con él, y reafirmaron la promesa de cumplir los sagrados deberes que, por amor a Cristo, aceptaron el día de su ordenación para el servicio de la Iglesia.