Ejercicios espirituales de los Equipos de Nuestra Señora
13 marzo de 2013 En este camino cuaresmal al que la Iglesia nos invita a ir descubriendo lo que Dios espera de cada uno de nosotros, los matrimonios del Movimiento de espiritualidad conyugal Equipos de Nuestra Señora de la diócesis han participado en los ejercicios espirituales en el Seminario que ha dirigido D. Pedro Ortega Ulloa, párroco de S. Ildefonso y consiliario de un equipo ENS.
Se iniciaron con la oración, siguiendo los pasos de la Lectio Divina en la contemplación del Himno de la Caridad del apóstol S. Pablo para buscar el encuentro personal con el Señor.
Tres han sido las reflexiones presentadas bajo el título “Invitación a la oración”. La primera de ellas “Agradecidos y gratuitos” en la que se hablaba de cómo el agradecimiento es una actitud básica en la vida, de cómo tenemos muchas razones para el agradecimiento del que brota un estado interior de gozo, de disponibilidad y una generosidad mayor como actitud vital. Tras definir la capacidad de gratitud como la capacidad de no buscarnos a nosotros mismos, explicó que la gratitud es de entrada, capacidad para valorar agradecidamente lo que somos y tenemos y luego de salida generosidad, estilo de vida poco favorecido por la cultura ambiental. Continuaban sus palabras indicando como la gratuidad tiene que ver con el “despojarse”, con el “desasimiento de las cosas” y en un nivel más hondo “gratuidad ante Dios”. Lo que nos acercará más a Dios es nuestro “caminar humilde” en expresión del profeta Miqueas.
La segunda Invitación a la oración “Ayudar” llamados a ser “samaritanos”. La inmensa mayoría de las personas intentan vivir su vida con sentido de humanidad profunda y se planteó el interrogante ¿cómo transformar nuestro hacer cotidiano en “ayudar”?. Lo primero que es necesario es tener una actitud interna y permanente de atención, escucha y mirada al otro y sus circunstancias, exige igualmente una actitud de búsqueda, de dinamismo y renovación constante, de respeto profundo a las otras personas, de diálogo, magnanimidad, de grandeza de ánimo y de deseo y al mismo tiempo ayudar invita a la humanidad. Finalizaba este segundo tema indicando como “ayudar” hace espiritual toda la vida.
“Vivir la fortaleza” fue la tercera de las meditaciones. Resistir nos lleva a hablar de la fortaleza, don del Espíritu y virtud característica de la vida cristiana. La fortaleza es necesaria porque en la vida diaria y en la vida espiritual hay lucha y combate. El ser humano afronta dificultades de diversa naturaleza: unas vienen del exterior, otras de los cercanos y otras vienen de dentro de nosotros. Frente a ello ¿qué aporta la fortaleza? ¿cuáles son sus elementos básicos? D. Pedro fue comentando como los componentes de la fortaleza son la paciencia, la capacidad de soportar animosamente, de permanecer, de calibrar los propias fuerzas y señaló como las fuentes de la fortaleza cristiana han de ser la unión con Cristo, la unión con los demás, la atención y el cuidado del ritmo de vida y la coherencia. Todas estas charlas fueron completadas con momentos de reflexión personal y conyugal así como de equipo.
También en estos días de retiro se hizo el ejercicio del Vía Crucis bíblico, comentado por Juan Pablo II, hubo una celebración de la Penitencia junto a tiempos de oración.
Finalizaron estas jornadas que son uno de los puntos concretos de esfuerzo que los ENS proponen a las parejas de los Equipos para poner en práctica el Evangelio en su vida cotidiana. La celebración de la eucaristía puso el punto y final en este cuarto domingo de Cuaresma en el que la liturgia proclama el texto de S. Lucas, “El hijo pródigo”, que nos invita a volver siempre al Señor que como Padre bueno acoge al pecador que regresa y sale a buscar al cumplidor que no sabe amar.
Mª Félix y Pedro F Criado – ENS.