Nuevo presbítero al servicio de la Iglesia Diocesana
5 septiembre de 2011 El pasado sábado, 3 de septiembre, el diácono Juan Carlos Torres Jiménez, de la Parroquia de San Carlos Borromeo de la Carolina, recibía el sacramento del orden sacerdotal.
La Eucaristía, presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López, comenzaba a las 11 de la mañana en la S. I. Catedral de Jaén.
Dicha celebración estuvo concelebrada, además, por el Sr. Deán, los Vicarios Episcopales, el Rector y los formadores del Seminario Mayor Diocesano, así como por numerosos sacerdotes de la diócesis.
Igualmente, asistieron multitud de familiares y amigos que quisieron acompañar a Juan Carlos en su entrega al servicio de Cristo y de la Iglesia.
Durante su homilía D. Ramón del Hoyo quiso expresar la inmensa alegría de la Iglesia por la llegada de un nuevo sacerdote a la familia presbiteral. “Es un día de alegría porque el Señor va a otorgar a su Iglesia un nuevo sacerdote dispuesto a entregarse generosamente por las almas que Dios haya previsto ya en su providencia inescrutable que va a poner en sus manos. Y, también, porque ha llegado el momento esperado y soñado por su candidato después de su preparación, de su esfuerzo, de su oración y de superar no pequeñas pruebas. Además, es un día de profunda Acción de Gracias al Señor”.
Asimismo, el Sr. Obispo hizo hincapié la importancia del ministerio eucarístico. “Un aspecto esencial del sacerdocio ministerial, como sabe muy bien el ordenado, es su íntima relación con el misterio eucarístico. Como escribió Juan Pablo II en su profunda eucaristía Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia « La Iglesia ha recibido la Eucaristía de Cristo, su Señor, no sólo como un don entre otros muchos, aunque sea muy valioso, sino como el don por excelencia, porque es don de Sí mismo, de su Persona en su santa humanidad y, además, de su obra salvadora». Comentando estas palabras nos dice Benedicto XVI: « Los pastores de la Iglesia deben hacer todo lo posible para que el pueblo que les ha sido encomendado sea consciente de la grandeza de ese don y se acerque, con la mayor frecuencia posible, a ese sacramento del Amor, tanto en la celebración eucarística y en la comunión, como en la adoración»”.
“Déjame que te anime en este camino eucarístico que he podido comprobar en tu persona como rasgo muy característico y que te afianzará en tu sacerdocio ministerial. Sé apóstol de la Eucaristía entre tus fieles; cuida con esmero que llegue con frecuencia el pan eucarístico a las personas mayores y enfermas; apoya todos los movimientos eucarísticos, la adoración frecuente al santísimo por tus fieles; sé el primero en saludar al Señor en el Sagrario por la mañana y el último en despedirlo; haz de tu celebración eucarística el centro de tu jornada”.
“Bienvenido querido Juan Carlos a nuestra familia presbiteral. Gracias de nuevo a la generosidad de tus padres que ponen en manos de la Iglesia su mejor don para el Señor: la vida de uno de sus hijos. Oremos todos por este joven sacerdote que inicia hoy una aventura gozosa y confiada junto a Jesucristo sacerdote. Que la Santísima Virgen, Madre de los sacerdotes, te lleve siempre de la mano y confíes en su intercesión. Amén”, culminaba Monseñor del Hoyo.
A lo largo de la ceremonia Juan Carlos hizo sus promesas y se postró de rodillas durante la proclamación de las letanías de los santos. Posteriormente, el Sr. Obispo procedió a la imposición de las manos como signo de transmisión del Espíritu Santo y los sacerdotes le siguieron. Tras revestirse con la estola y la casulla, se le hizo la unción de las manos y se le entregó el cáliz y la patena. Finalmente, el prelado y los sacerdotes abrazaron a Juan Carlos como símbolo de su acogida en la familia presbiteral.
Tras la Eucaristía, y ya en la Sacristía, el Sr. Obispo fue el primero en besar las manos ungidas del nuevo presbítero. Sacerdotes, familiares y amigos imitaron el gesto.
Juan Carlos celebró su primera eucaristía el domingo, 4 de septiembre, la Parroquia de San Carlos Borromeo.