La Catedral, 358 años de servicio al pueblo de Dios
29 octubre de 2018Fue el 25 de octubre del año 1660, durante el episcopado de D. Fernando Andrade y Castro cuando la Santa Iglesia Catedral se consagró a la Asunción de la Bienaventurada Virgen María. Desde entonces, el domingo más próximo a esa fecha cuando el primer Templo de Jaén celebra su dedicación.
Con el repique de las campanas a las 12 del mediodía dio comienzo la solemne Eucaristía, que presidió el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro y en la que estuvieron presentes miembros del Cabildo Catedral y otros sacerdotes de la Diócesis. También, algunos seminaristas quisieron participar de la magna celebración, que contó con la participación en las Lecturas de miembros de la Cofradía de la Buena Muerte y con el acompañamiento musical de la Escolanía de la Catedral.
En su homilía, el Prelado jiennense recordó que «a lo largo de los años, los que nos precedieron en la fe hicieron de éste un bello lugar para darle gloria a Dios». A la vez que explicó que «Ésta es la casa de la Iglesia católica, disponible y abierta para todos los que vienen aquí».
Del mismo modo, en sus palabras expresó que el Templo, ideado por Vandelvira, «ha sido creado a imagen nuestra, a imagen de nuestra grandeza», para añadir, «aunque nos consideremos pequeños, si miramos interiormente a lo que nos configura espiritualmente, estamos llamados a ser templos de Dios. Templos vivos. Piedras vivas de un edificio que se va construyendo en la Palabra, los Sacramentos y la unidad. Somos la familia, elegida por Dios, para ser servidora de todos».
Después, el Obispo del Santo Reino siguió explicando a los cientos de fieles reunidos en la Eucaristía dominical, que «debemos sentirnos todos Iglesia del Señor, piedras vivas y llamadas al servicio en el mundo en el que vivimos y Cristo como nuestra piedra angular y así brillará este Templo».
El Prelado acabó su homilía leyendo unas palabras del Papa Francisco que en la clausura del Sínodo de los Jóvenes, que hacer referencia a la maternidad de la Iglesia y su santidad «Nuestra madre la Iglesia es santa».
Al finalizar la Eucaristía el Obispo impartió la bendición solemne. Ya en la Sacristía se tomó una fotografía de familia con los niños de la Escolanía y con los ministros concelebrantes.