Bendición de la Casa de la Iglesia en Úbeda, que da servicio ya a más de 200 personas cada noche
1 diciembre de 2010 El lunes 29 de noviembre el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo, presidía el acto de bendición de las instalaciones de la nueva Casa de la Iglesia de Úbeda, situada en junto a la Ermita del Pilar.
El Sr. Obispo felicitó a todas las personas que han hecho posible con sus aportaciones la edificación de la Casa de la Iglesia y animó a los allí presentes a seguir caminando unidos, como lo han hecho hasta el momento. Asimismo, hizo gran hincapié en la triple función de la Iglesia. “Sobre todo tengo que destacar cómo, uniendo esfuerzos e iniciativas, se pueden conseguir estas obras que van a permanecer al servicio de los más necesitados y también para lo formación de los cristianos. Los tesoros de la Iglesia están en ayudar a los pobres, en evangelizar y en atender al culto. Son los tres grandes pilares y fundamentos por los que trabajamos los cristianos”. Por su parte, D. Ildefonso Fernández, párroco del Pilar y consiliario de Cáritas Interparroquial, quiso agradecer la presencia del Sr. Obispo y mostrar su gran satisfacción, tras muchos años de esfuerzos. “Para todos nosotros es un motivo de satisfacción proceder a la bendición de estos locales, después de tantos años soñando con este momento. Hoy vemos nuestro sueño hecho realidad”.
La Casa de la Iglesia consta de unas modernas instalaciones divididas en planta baja y sótano. “El edificio tiene un salón con capacidad para casi 200 personas y un comedor con capacidad para 100 personas con todos sus servicios de cocina, lavadero, almacén y despensa. Además, hay dos aulas para dar charlas de formación o hacer reuniones de todo tipo. Y los sótanos los hemos reservado principalmente para Cáritas: hay tres despachos, un almacén de comida y otro de ropa. El edificio cuanta también con varios servicios con sus duchas y lavabos, a fin de que se pueda prestar un servicio a las personas que utilicen este centro”, comentaba D. Ildefonso.
El comedor atiende ya a más de 200 personas cada noche. Se les ofrece un plato caliente de comida, un vaso de leche con galletas y un bocadillo por si tienen hambre más tarde. Asimismo, el ropero se encuentra repleto de mantas y todo tipo de prendas de vestir para quien lo solicite.
Así, la Casa de la Iglesia comienza con humildad y gran productividad su camino al servicio de los más necesitados.
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