28 de Noviembre de 2010: Día de los Sin Techo: “NADIE SIN DERECHOS. NADIE SIN HOGAR”
24 noviembre de 2010El 28 de noviembre Cáritas Española celebra el «día de los sin techo», con el lema «NADIE SIN DERECHOS. NADIE SIN HOGAR» y con el objetivo de transmitir a la población en general cómo se esta viviendo esta situación, por tantas personas.
En el año 2010, la Campaña Sin Techo, bajo el lema Nadie sin derechos. Nadie sin hogar, quiere poner de relieve la situación de fuerte exclusión que viven las personas sin hogar en nuestro país, en un contexto de crisis, que, sin duda, está llevando a muchas personas a situarse en el umbral de la pobreza y exclusión extrema. Queremos centrar la mirada, el corazón, las manos, las acciones y propuestas, las denuncias y los retos, hacia esta realidad, que no deja de ser un signo real y visible del fracaso de nuestra sociedad. Y unirnos a las entidades sociales que en toda la Unión Europea intentan un año más poner voz a los sin voz, y cara a los “invisibles” de nuestra sociedad.
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1. Contextualización de la Campaña de las Personas Sin Hogar 2010.
Durante el año 2010 estamos celebrando el Año Europeo de Lucha contra la pobreza y la exclusión social. La realidad de las personas sin hogar constituye, sin duda alguna, la cara más dramática de la exclusión. Por ello este año adquiere una especial significación la celebración del Día de los Sin Techo.
En el marco del Año Europeo, comienza una campaña que durará cinco años contra el sinhogarismo, desarrollada en todo el ámbito comunitario de la Unión, bajo el lema “acabar con el sinhogarismo es posible, cuyo objetivo principal es que nadie duerma en la calle en 2015, tal como declaró el Parlamento Europeo en 2008.
En el año 2010, la Campaña Sin Techo, bajo el lema Nadie sin derechos. Nadie sin hogar, quiere poner de relieve la situación de fuerte exclusión que viven las personas sin hogar en nuestro país, en un contexto de crisis, que, sin duda, está llevando a muchas personas a situarse en el umbral de la pobreza y exclusión extrema. Queremos centrar la mirada, el corazón, las manos, las acciones y propuestas, las denuncias y los retos, hacia esta realidad, que no deja de ser un signo real y visible del fracaso de nuestra sociedad. Y unirnos a las entidades sociales que en toda la Unión Europea intentan un año más poner voz a los sin voz, y cara a los “invisibles” de nuestra sociedad.
2. Sentido de la Campaña.
Todo ser humano tiene derecho a vivir dignamente como una persona, y a acceder a los derechos sociales que reconocen todas las leyes fundamentales, ya sean internacionales, nacionales o autonómicas. Desde este reconocimiento, todos tenemos derecho a tener un espacio propio, íntimo, donde nadie pueda entrar de forma arbitraria, a poder trasladarnos de lugar y ser acogidos, sin tener que renunciar a nuestra identidad, a compartir, a relacionarnos con nuestros vecinos, compañeros, a estar integrados socialmente. Todos tenemos derecho a la sanidad, la justicia, la vivienda, el trabajo, el ocio, la educación, y a todo aquello que necesitamos para vivir dignamente.
Sin embargo este reconocimiento y el acceso a estos derechos no son igual para todas las personas. Existen en nuestro país entre 26.000 y 30.000 personas a los que se les niega la posibilidad de tener un techo, un hogar donde poder construir expectativas, donde calentarse, dormir, soñar, proyectar, curarse de las heridas cotidianas. Y más de un millón de personas viven en nuestro país en infraviviendas. Generalmente esta carencia de espacio físico viene acompañada de la ausencia de los componentes emocionales, afectivos, psíquicos y sociales, básicos y necesarios para el pleno desarrollo de la dignidad humana.
La persona sin hogar se encuentra en el ámbito más severo de la exclusión: no existe, no está, es invisible. Se le excluye de la participación económica (desempleo, carencia de ingresos, privación de ciertos bienes y servicios básicos), de la participación social (asilamiento, conflictividad familiar y social), de la participación del bienestar público (acceso muy limitado a una vivienda, a la sanidad, a la educación), y de la participación política.
Desde nuestro compromiso cristiano, y como Iglesia que somos, apostamos por recuperar el camino a la participación de las personas sin hogar. Comenzando por hacer visible los que es invisible, por comprender e incorporar, no solo a nuestros discursos sino a las planificaciones y acciones concretas, que las personas sin hogar han de tener oportunidades reales en el acceso a los derechos sociales, tal como son reconocidos para todas las personas en las normas fundamentales. Esto ha de concretarse y realizarse de manera efectiva en los acuerdos y acciones en todos niveles territoriales, y con más fuerza y determinación en este año significativo, en las políticas sociales de la UE.
El crecimiento económico de la última década no ha conllevado una disminución de los niveles de desigualdad y de pobreza, por eso abogamos porque en esta situación de crisis no disminuyan los recursos necesarios para la prevención, la atención básica y la integración de los colectivos que se encuentran en situación de exclusión social. A las personas sin hogar la situación de crisis les está afectando de manera especial, pues siguen siendo aún más invisibles, un colectivo olvidado que no puede ni siquiera reivindicar sus derechos. Muchos de los efectos de la crisis social y económica que estamos padeciendo, se están afrontando con los recursos y dispositivos con los que se cuenta, entre los cuales están los destinados a la atención de las personas sin hogar.
3. Algunos apuntes sobre la realidad de las personas sin hogar en Andalucía.
Según nuestros centros y servicios en Cáritas Andalucía se han atendido durante el año 2009 un total de 5.476 personas.
La población analizada durante el año 2009 se ha caracterizado en términos generales por:
– una presencia mayoritaria de hombres (89,2% frente al 10,8% mujeres);
– con una edad media de 45 años;
– con unos ingresos medios (para aquellos que los tengan) de 339,70 € que corresponden a la PNC;
– que presentan problemas derivados del consumo de tóxicos, problemas de salud física y mental, problemas de carácter judicial, y carencia de redes de apoyo, sociales y familiares;
– la mayoría “dice” estar en la calle por la pérdida del empleo;
– sus niveles de estudio son más altos (enseñanza secundaria y superior)
Los efectos de la crisis también se visualizan en otros colectivos de gran vulnerabilidad social, o con problemas de exclusión residencial, en los siguientes aspectos:
– Aumenta el número de personas que solicitan ayuda en los centros y recursos para PSH, tal como ya se preveía en el año anterior, motivado fundamentalmente por la falta de recursos económicos (al agotarse las prestaciones), y el apoyo de las redes sociales y familiares.
– Incremento de población, sobre todo de temporeros, que acuden a los dispositivos para las personas sin hogar, fundamentalmente en los momentos fuertes de campañas agrícolas.
– Aumento de personas que viven en infraviviendas, o en casas “okupadas”, sin empadronamiento, lo que genera pérdida de derechos en el acceso a la sanidad o a la educación.
– Aumento del hacinamiento severo, con casos frecuentes de subarriendo de habitaciones a precios abusivos, el aumento de familias completas que viven en una sola habitación porque no pueden acceder a una vivienda, o incluso las llamadas “camas calientes”, “pisos patera” o vivienda en trasteros.
– Aumento de las personas inmigrantes con serias dificultades para poder renovar los permisos de residencia y trabajo, al no poder acreditar recursos económicos (desempleo, finalización de prestaciones). Como consecuencia de ello, se prevé que vaya aumentando el número de personas inmigrantes, que no teniendo de partida una situación de exclusión, acaben entrando en los circuitos de la exclusión al perpetuarse la falta de ingresos, de apoyo sociales y redes familiares.
4. La acción de Cáritas Regional con las personas sin hogar.
– En el año 2009 las Cáritas andaluzas han atendido al colectivo de personas sin hogar a través de los 23 centros y servicios desplegados por toda la comunidad autónoma. Del total de dispositivos que integran la red de atención, Cáritas posee la titularidad del 31% de los servicios. Se cuenta con un total de 560 plazas disponibles, distribuidas entre centros de baja exigencia, casas de acogida, pisos tutelados, centros de día, viviendas de apoyo al tratamiento y a la reinserción, puntos de información y asesoramiento para las personas en la calle, y una unidad móvil.
– A su vez, las Cáritas Parroquiales y Diocesanas realizan desde sus servicios de atención primaria y emergencia social, la acogida y atención a la multitud de demandas puntuales que llegan, ya sean de alojamiento de emergencia, comida, o desplazamientos.
– El total de recursos destinados por Cáritas para la atención de este colectivo ha sido de 2.234.022,68€, de los cuales el 51,73% provienen de recursos propios de Cáritas, el 47,07% proceden de la Administración Pública y el 1,20% provienen de entidades privadas.
– Además de las cifras, es importante destacar la participación y el trabajo constante de los 308 voluntarios de los distintos centros, acompañados en su tarea por 80 profesionales que trabajan desde los programas. Labor difícilmente cuantificable, pero esencial para el desarrollo de los programas de intervención con las personas sin hogar.
5. Ante esto…pedimos:
A las Administraciones Públicas:
– En el Año Europeo de Lucha contra la pobreza y la exclusión social, pedimos la coordinación y creación de un Pacto de Estado por la Inclusión Social.
– A nivel autonómico, en materia de vivienda solicitamos fundamentalmente que se garantice para las personas sin hogar que están en un proceso de inclusión, el tipo de alojamiento que se adapte a su proceso personal.
– Desarrollar la Ley de Inclusión para Andalucía.
A la sociedad civil:
– Favorecer la transformación del modelo social actual, que está contribuyendo al sostenimiento de la pobreza y la exclusión.
– Generar actitudes solidarias y acogedoras, que permitan la participación e integración de los colectivos excluidos en la sociedad.
– Desvelar los problemas y las realidades invisibles.
– Participar junto al Estado y a todos los agentes sociales, en el desarrollo de acciones de inclusión social.
A los medios de comunicación:
– Hacer visible lo invisible, desde la dignidad y la sensibilidad que merecen las personas sin hogar.
– Emitir las noticias sobre la situación que viven las personas más excluidas, desde mensajes que favorezcan la concienciación y sensibilización y que luchen contra la discriminación y el estigma.
A nosotros mismos:
– Estar siempre atentos, desde la sensibilidad, a la realidad próxima de las personas que viven en la calle.
– Informarnos y no dejarnos llevar por estereotipos que discriminan y culpabilizan a las personas de la situación en la que se encuentran.
– Ofrecer mayor acogida y cercanía a las personas más vulnerables, en los distintos espacios de convivencia y celebración (comunidad parroquial, educativa, barrio, asociaciones culturales, sociales, recreativas, de vecinos, etc.).
Cáritas Diocesana de Jaén
Noviembre de 2010