El Sr. Obispo bendecirá el primer Columbario dentro de una Parroquia en la Diócesis de Jaén
23 octubre de 2013 El próximo Domingo 27 de octubre, a las 8 de la tarde, el Obispo de Jaén, Don Ramón del Hoyo, bendecirá el Columbario Parroquial de San Pedro Poveda de Jaén, el primer Columbario dentro de una Parroquia en la Diócesis de Jaén. En la actualidad hay dos columbarios más en construcción en el Santuario de la Virgen de la Cabeza de Andújar y en el Santuario de la Virgen de la Villa de Martos.
La palabra “columbario” tiene origen etimológico latino («columbum») y significa “palomar”, por su apariencia externa, ya que inicialmente eran unas construcciones funerarias a modo de pequeños nichos, como palomares.
En las últimas décadas se ha popularizado en nuestra provincia la práctica de la incineración o cremación. Si bien es cierto que la Iglesia ha manifestado su preferencia por la inhumación o enterramiento de los cadáveres, no excluye la práctica de la incineración, siempre y cuando ésta no se realice por razones contrarias a la doctrina cristiana (Código de Derecho Canónico 1176).
Sin embargo, esta nueva práctica de incinerar a los difuntos ha provocado una gran confusión en no pocas familias cristianas, que ha motivado la iluminación e intervención de la Iglesia. Un buen ejemplo lo constituye la Normativa sobre exequias y columbarios de la Diócesis de Jaén, publicada en septiembre de 2012, y que afirma: «No es conforme a las disposiciones canónicas de la Iglesia ni a la sensibilidad cristiana el conservar las cenizas de los difuntos en los domicilios particulares, esparcidos en el mar, en los campos o en las montañas, o incluso sepultados en lugares distintos a los cementerios o columbarios, porque en estos lugares se expresa mejor la esperanza compartida de la resurrección de la carne y la vida eterna. La tradición cristiana tiene una preferencia por la custodia de los restos humanos, también de las cenizas, en lugares bendecidos, significando la pertenencia del difunto cristiano a la comunidad eclesial».
Por ello, en la Parroquia de San Pedro Poveda, cuya primera fase se ha inaugurado el 1 de mayo de este año, hemos visto conveniente disponer un lugar sagrado en el que puedan ser depositados los restos de nuestros seres queridos, perviviendo la cercanía con ellos mediante los signos del lugar y el tiempo, y donde sea posible expresar un amor que nace de la gratitud y la esperanza.