El Consejo Diocesano de Pastoral reflexiona sobre el documento «Iglesia, servidora de los pobres»
2 julio de 2015 El Seminario Diocesano de Jaén acogía hace unos días la última sesión en este curso del Consejo Diocesano de Pastoral.
La reunión comenzaba con la oración. A continuación, el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López, quiso agradecer a los miembros del Consejo su asistencia y “sus propuestas que nos sirven a todos, en el camino que Dios nos encomienda en esta Iglesia de Jaén”.
Asimismo, D. Ramón subrayó la importancia de la nueva Encíclica del Papa Francisco, «Laudato Si». “Esta Encíclica se ha presentado oficialmente en la diócesis, pero va a presentarse también en los diferentes arciprestazgos y en las Delegaciones. Se ha puesto un interés especial en esta ocasión de que esta Encíclica llegue a todo el mundo, llevar a los fieles el mensaje tan importante del Papa. Esto tenemos que tenerlo muy presente. Tenemos ahí un reto muy importante”.
Finalmente, el Sr. Obispo quiso hacer hincapié, también, en el documento de la Conferencia Episcopal «Iglesia, servidora de los pobres», el Año Jubilar de la Misericordia, el Sínodo de la Familia y el Plan Pastoral para las diócesis españolas que la Conferencia Episcopal dará a conocer en el mes de noviembre y que abarcará hasta el 2019.
Tras la aprobación del acta de la reunión anterior, el Sr. Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas, presentaba el documento de la Conferencia Episcopal «Iglesia, servidora de los pobres».
“La Instrucción Pastoral de la Conferencia Episcopal Española «La Iglesia, servidora de los pobres» no es un documento que nazca de la nada, sino que tiene, en cierto modo, una serie de precedentes, también magisteriales, que desde el año 93 han ido profundizando y ofreciendo pistas de reflexión sobre el tema de la pobreza, de la marginación y de la crisis económica”, afirmaba.
El Vicario General señalaba, así, los documentos «La caridad en la vida de la Iglesia», «La Iglesia y los pobres», «Declaración ante la crisis moral y económica», «Modelo de Acción Social» de Cáritas, y «Evangelii Gaudium».
Igualmente, Martínez Rojas afirmaba que “la Iglesia se presenta en este documento como servidora de los pobres. Es lo que más llama la atención del título. Es una constante que aparece en el documento de una manera repetitiva y es también el eje vertebrador de todo el documento. Es el grito de los pobres en su realidad -nos dice en el número 56-, la observación de los nuevos pobres y pobrezas con la invitación a contemplarlo con los ojos de Dios -se nos dice en el número 2-. Es el estado del pobre y no la macroeconomía lo que determina si la crisis se va superando o no. La cercanía o la lejanía al pobre también marca la autenticidad de la conversión. El mismo anuncio del Evangelio si no está acompañado de una opción preferencial por los pobres y por el testimonio se convierte en vana palabrería. Toda programación pastoral, aquí incide mucho la CEE, tiene que hacerse asumiendo a los pobres y la opción por los pobres. Es necesario que la comunidad cristiana sea el verdadero sujeto eclesial de la caridad y toda ella se sienta implicada en el servicio a los pobres”.
“El documento intenta explicar la situación que se vive, por qué se ha llegado a esta situación en la actualidad. Posteriormente, hay una iluminación desde la Palabra de Dios y desde el magisterio de la Iglesia, conocido como Doctrina Social de la Iglesia. Y, finalmente, ofrece una serie de propuestas, de criterios para actuar, que son muy interesantes”, continuaba.
Posteriormente, D. Rafael López-Sidro, Subdelegado de Juventud presentaba el proyecto de voluntariado juvenil «Saliendo a la periferia»: “Nuestro programa pretende responder a la realidad, definiendo de la forma más exacta posible el trabajo del voluntario, teniendo en cuenta horarios, destinos, colectivos de atención… Buscando, además, el servicio idóneo para cada uno de ellos, partiendo de sus habilidades, necesidades, formación…Buscando siempre el servicio directo con personas. Y utilizando el grupo como medio de intercambio de experiencias y autoayuda”.
Así, López-Sidro subrayaba varios objetivos del proyecto, como intervenir activamente en la realidad social; conseguir que los jóvenes de la diócesis se impliquen en su comunidad parroquial, en su barrio, en su localidad…; o cuidar las semillas y las plantas. “Cuidar las semillas y las plantas es el objetivo mínimo de la pastoral juvenil. No depende de nuestro trabajo que esas semillas den frutos o no, pero sí que depende de nosotros preparar esa tierra, abonar o rezar para que algún día tengan frutos. La pastoral juvenil de nuestra diócesis, actualmente, debe partir de que la nuestra es una diócesis de origen, de paso, y, en algunos casos, de regreso”.
Tras un breve descanso, el Sr. Vicario de Evangelización, D. Francisco Rosales fue el encargado de presentar y acoger las nuevas aportaciones al Plan Diocesano de Pastoral.
Finalmente, D. Pablo Moreno Hermoso, de la Delegación Episcopal de Familia y Vida, presentaba los resultados de los trabajos diocesanos sobre las encuestas del próximo Sínodo de la Familia.