Decenas de evangelizadores y catequistas reflexionan sobre los ministerios laicales en el III Encuentro Gaudium

28 noviembre de 2023

Este III Encuentro de conversión pastoral ha tenido lugar el 25 de noviembre de 2023, en la Casa de la Iglesia (Seminario Diocesano de Jaén). Presidido por el Obispo, ha sido organizado por la Delegación diocesana de Primer Anuncio, Catecumenado y Catequesis y por la Vicaría de Evangelización de la Diócesis de Jaén. Un encuentro «gozoso», «alegre», en el que se nos ha invitado a caminar en dirección a una Iglesia donde todos los bautizados tienen carismas y realizan ministerios o servicios.

La acogida estaba prevista a partir de las 9:30 de la mañana, y pronto se pudo percibir que iban a ser abundantes los participantes. La acogida festiva estuvo a cargo de la parroquia de Santa Isabel, con su párroco Miguel Lendínez a la cabeza.

A las 10:15 de la mañana, dio inicio el encuentro con una oración al Espíritu Santo, dirigida por Paco Carrasco y algunos fieles de las parroquias de Jimena y Torres.

En primer lugar, tomó la palabra Don  Sebastián Chico Martínez, Obispo de Jaén, quien dirigió unas palabras a todos los asistentes al encuentro Gaudium III agradeciendo su participación y su servicio a la misión evangelizadora de la Iglesia.

En su intervención Don Sebastián comentó la vitalidad de nuestra Iglesia diocesana en todos los ámbitos. Hizo mención expresa a la numerosa asistencia en la presentación por Vicarías del “Protocolo sobre de prevención y acción frente a las agresiones sexuales y al maltrato físico y psicológico a menores y personas vulnerables”. También comentó su alegría por la calurosa acogida que está teniendo la visita pastoral que está llevando a cabo en el arciprestazgo de la Sierra de Segura.

Respecto a los ministerios laicales, tema del III Encuentro Gaudium, Don Sebastián expresó su intención de publicar a finales de curso un Directorio diocesano de ministerios laicales. Y con ese fin ha realizado una consulta a todos los sacerdotes y a los organismos diocesanos sobre estos ministerios en torno a estas cuatro preguntas:

1) El PORQUÉ de los ministerios laicales está definido ya por la Iglesia, es nuestro punto de partida. Pero valdría la pena que dialoguemos sobre él (primacía del pueblo de Dios, papel del laicado, una Iglesia toda sinodal, el liderazgo compartido…).

2) El PARA QUÉ sí que nos toca definirlo a nosotros. ¿Cuál sería el servicio que tendría que prestar la persona a la que se instituyera como lector, acólito o catequista? ¿Cuáles serían sus funciones?

3) En tercer lugar está el QUIÉN. ¿Quiénes podría acceder a cada uno de estos ministerios?

4) En cuarto lugar, el CÓMO. ¿Cuál sería la preparación necesaria para ser llamado a cada uno de estos ministerios? ¿Qué tipo de formación habría que darles?

La primera Charla “Carismas y ministerios para la misión” estuvo dirigida por D. Luis María Salazar García, subdelegado episcopal de primer anuncio y catequesis.

Antes de entrar en la cuestión específica de los ministerios D. Luis María quiso mostrar los que queremos decir cuando hablamos de Novedad en la Iglesia. Igual que en cada ser humano existen unos genes (genotipo se denomina en medicina), pero no todos se manifiestan a la vez, sino de acuerdo con las circunstancias (el fenotipo sería la manifestación de esos genes que existen desde siempre), así ocurre en la Iglesia: la cual es misionera desde siempre puesto que nace de la misma misión de Jesús, pero ahora tenemos una conciencia más clara que hace unas décadas de que la Iglesia existe para evangelizar. La novedad no está en que la Iglesia sea misionera, sino en la conciencia que actualmente tenemos de la misión.

En esta conciencia renovada han influido mucho los documentos de los papas, y también las circunstancias que nos toca atravesar. Hoy tenemos más conciencia que en el siglo XX de que la barca de Pedro (la Iglesia) sigue siendo un barco de pesca (Te haré pescador de hombres) destinado a ofrecer la salvación a todo el mundo. No podemos permitirnos el lujo de pensar en la Iglesia como un barco de transporte que «conserva» el contenido de la fe y mucho menos un crucero cuyo único objetivo es que quienes viajan en él se encuentren a gusto.

En un segundo capítulo realizó un repaso por la historia de la Iglesia sobre los carismas y los ministerios.

-En un primer momento la Iglesia es consciente que nace de la Misión de Jesucristo de la que toda ella es continuidad y en la que cada bautizado tiene unos carismas y realiza algún servicio.

-Los cristianos de los primeros siglos lo hicieron tan bien que pronto se llegó a formar la que se dado en llamar CRISTIANDAD: una iglesia identificada con los límites del mundo y en la que la separación entre bautizados y mundo se traspasa a clérigos y laicos, en la que los primeros aglutinan prácticamente todos los carismas y ministerios.

-A comienzos del siglo XX, dadas las limitaciones de los clérigos, los ministerios de los laicos comienzan a ser entendidos como colaboración del ministerio ordenado (el brazo secular).

-El Concilio Vaticano II, con la clarividencia de que estamos en un cambio de época que ya se vislumbra y que se asemeja más a la de los primeros siglos, vuelve a tratar sobre carismas y ministerios de los laicos, nacidos del bautismo y no como una simple delegación del clero.

Se pueden percibir por lo tanto diversos modelos sobre carismas y ministerios en la conciencia de la Iglesia:

-Modelo 1º: Iglesia docente-iglesia discente: Una parte de la Iglesia que enseña (clero) y otra que aprende (laicado).

-Modelo 2º: Doble clasificación: Ordenado-No ordenado / Secular – Regular. El laico nacería de dos negaciones: sería el que no está ordenado ni es religioso.

-Modelo 3º: Una Iglesia toda carismática, toda ministerial (Todos tenemos talentos del Señor, “todos somos talentosos”).

En tercer lugar, Luis María realizó una distinción entre ministerios ordenados, instituidos y ministerios reconocidos:

— Los MINISTERIOS ORDENADOS, que tienen su origen en un sacramento específico, como es el caso de los ministerios «ordenados» del obispo, el presbítero o el diácono.

— Los MINISTERIOS INSTITUIDOS, ya que no habiendo un sacramento por medio, el ministerio se confiere o «confía, por un acto litúrgico del obispo, a una persona que ha recibido el bautismo y la confirmación y en la que se reconocen carismas específicos, después de un adecuado camino de preparación».

— Otros SERVICIOS u OFICIOS eclesiales que son RECONOCIDOS y «ejercidos de hecho por tantos miembros de la comunidad, para el bien de la Iglesia, a menudo durante un largo período y con gran eficacia, sin que esté previsto ningún rito particular para conferir el oficio».

Durante toda su intervención Luis María insistió en que los carismas proceden del Espíritu Santo y la misión de ser sal y luz de la tierra proceden del sacramento del Bautismo, aunque al ministerio jerárquico u ordenado le compete organizar en la comunidad los diferentes ministerios y servicios para el bien común y la construcción de la comunidad.

Tras estas dos intervenciones se realizó una dinámica sobre los ministerios laicales con el fin de levantar y mover a los participantes y realizar un ejercicio práctico: A cada persona se le había dado al llegar un trozo de un puzle de uno de los iconos del Sínodo “Jesús y el pueblo”. Cada participante debía buscar a personas con piezas diferentes para completar el puzle de 6 piezas. Una vez formado el grupo, en el dorso de cada pieza había una pregunta que el portador debía responder:

  1. ¿Qué sientes al ver que el puzle sin ti está incompleto?
  2. ¿Has dejado que el Espíritu te muestre cuál es tu carisma en la vida parroquial?
  3. ¿Cómo vences las resistencias para descubrir tu carisma o realizar un ministerio?
  4. ¿Ves en los hermanos de tu comunidad carismas sin aflorar? ¿Cuáles?
  5. ¿Qué ministerios crees que faltan en tu comunidad?
  6. ¿Qué podría hacer el párroco para multiplicar los carismas o ministerios en la Parroquia?

Tras la dinámica, el Vicario General, D. Juan Ignacio, comentó algunas anécdotas graciosas: algunos que se habían quedado paralizados y no sabían que hacer, grupos que se formaron rápidamente, algunos que tardaron en encontrar su grupo, participantes que no lograron completar el puzle… Los comentarios dieron juego para hacer reflexionar a todos los participantes sobre situaciones semejantes en nuestras comunidades parroquiales.

La segunda Charla «El ministerio instituido de catequista” corrió a cargo de D. Julio Segurado Cobos, Delegado episcopal de primer anuncio y catequesis.

El delegado diocesano había ordenado su charla en torno a las preguntas planteadas por el Sr. Obispo. Pero comenzó proponiendo un marco más amplio:

-En 2013 el recién nombrado Papa Francisco hizo pública la exhortación Evangelii Gaudium en la que presentaba su programa de gobierno:

“Lo que trataré de expresar aquí tiene un sentido programático y consecuencias importantes. Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están. Ya no nos sirve una «simple administración». Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un «estado permanente de misión» (EG 25).

En todo el documento el Papa no deja de repetir que nos encontramos en una «nueva etapa evangelizadora» (EG 1, EG 287), «nueva etapa evangelizadora, llena de fervor y dinamismo» (EG 17), «etapa evangelizadora más fervorosa, alegre, generosa, audaz, llena de amor hasta el fin y de vida contagiosa» (EG 261).

-En marzo de 2020, en plena pandemia, la Santa Sede publicó el NUEVO DIRECTORIO PARA LA CATEQUESIS, que es una relectura del Directorio publicado en 1998, desde las aportaciones de Evangelii Gaudium, y la nueva etapa en que nos encontramos. El Directorio insiste en un nuevo tipo de catequesis que tiene como paradigma la catequesis de adultos y que tiene como punto de partida una catequesis más kerigmática y misionera, que es capaz de poner en marcha procesos de catequesis de adultos de inspiración catecumenal.

-En mayo de 2021 el Papa Francisco dio a conocer su Carta MINISTERIUM ANTIQUUM con la que instituía el ministerio de catequista: ¡A nueva etapa evangelizadora, nueva catequesis y nuevos catequistas!

POR QUÉ EL MINISTERIO DE CATEQUISTA

1º Porque estamos viviendo un cambio de época que trae una nueva cultura ajena a la fe y al Evangelio y que necesita urgentemente una conversión pastoral y misionera de todo el hacer de la Iglesia, de la evangelización y especialmente de la catequesis.

2º Porque los escenarios de la nueva evangelización cada vez son más abundantes y complejos y necesitan de la presencia de los laicos: pluralismo religioso, nuevos movimientos religiosos, la mentalidad científica, la cultura digital, la bioética, las cuestiones de género, el problema ecológico, las nuevas formas de pobreza, el compromiso social…

3º Porque los sacerdotes son cada vez más escasos y porque no es tarea de ellos los pastores «asumir por sí solos toda la misión salvífica de la Iglesia en el mundo, sino que su eminente función consiste en apacentar a los fieles y reconocer sus servicios y carismas de tal suerte que todos, a su modo, cooperen unánimemente en la obra común» (Lumen gentium, 30).

4º Porque desde el Concilio Vaticano II ha crecido la conciencia de la necesidad de la evangelización del mundo contemporáneo y la conciencia de la identidad y la misión del laico en una Iglesia “pueblo de Dios en salida”, misterio de Comunión y Misión, una Iglesia sinodal, misionera, bautismal, ministerial…

5º Porque se trata de un ministerio muy antiguo, presente en la Iglesia del nuevo testamento, con siglos de frutos y con una presencia de laicos y laicas en la actualidad que, en virtud del propio bautismo, trabajan en el servicio de la catequesis.

PARA QUÉ EL MINISTERIO DE CATEQUISTA

La catequesis es un servicio comunitario esencial y prioritario para la vida de la Iglesia y su misión. Sin catequesis no hay evangelización, ni transmisión de la fe, ni vida cristiana. Y sin fe no hay Iglesia ni comunidades cristianas.

«El catequista, en efecto, está llamado en primer lugar a manifestar su competencia en el servicio pastoral de LA TRANSMISIÓN DE LA FE, que se desarrolla en sus diversas etapas:

-desde el primer anuncio que introduce al kerigma,

-pasando por la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo y prepara en particular a los sacramentos de la iniciación cristiana,

-hasta la formación permanente que permite a cada bautizado estar siempre dispuesto a dar respuesta a todo el que les pida dar razón de su esperanza (1 Pe 3, 15)» (Antiquum Ministerium, 6).

QUIÉN: EL PERFIL DEL CATEQUISTA

«El Catequista es al mismo tiempo testigo de la fe, maestro y mistagogo, acompañante y pedagogo que enseña en nombre de la Iglesia. Una identidad que sólo puede desarrollarse con coherencia y responsabilidad mediante la oración, el estudio y la participación directa en la vida de la comunidad» (Francisco, Antiquum Ministerium 6).

El nuevo catequista que la Iglesia precisa hoy ha de ser un TESTIGO (porque ha experimentado un encuentro con Cristo y es capaz de llevar a otros a ese encuentro), un MAESTRO que introduce en los misterios y en la vida nueva de Cristo, y un ACOMPAÑANTE comunitario que ayuda a otros a seguir al Maestro, como un referente dentro de la comunidad.

El ponente insistió en que la catequesis es un proceso de varias etapas y que el catequista debe acompañar durante todo el proceso: desde el anuncio hasta la madurez pasando por la enseñanza orgánica y sólida de la catequesis. 

D. Julio Segurado concluyó su charla tratando de las tipologías y modos de ejercer el ministerio, de los requisitos de los candidatos y de los criterios de discernimiento y se aventuró a presentar un plan de formación de tres años que incluye crecimiento en la oración, estudio y vida comunitaria. La formación del catequista instituido deberá articularse como un proceso vocacional y espiritual, que debe ser discernido, acompañado y guiado, en el seno de un grupo pequeño discipular (de unos doce miembros) y en una comunidad parroquial.

Está claro que todos los ministerios ayudan a la construcción de la comunidad y a la misión evangelizadora de la Iglesia. Pero a juicio del delegado episcopal de primer anuncio y catequesis, de manera particular, es el ministerio de catequista «instituido» quien más contribuirá a crear la «comunidad de discípulos-misioneros», propia de una «Iglesia en salida» para esta nueva etapa evangelizadora.

Como en los anteriores encuentros, Gaudium III concluyó con una experiencia de adoración al Santísimo, guiada por Nico Cabrera. De gira por España, el cantautor católico afincado en Estados Unidos nos ayudó a encontrarnos con Jesús Eucaristía en una oración de entrega y de diálogo íntimo con el Señor. Durante esta adoración, hubo sacerdotes confesando y ejerciendo el ministerio de la reconciliación, y a la vez equipos de laicos que intercedieron y oraron por todos los que quisieron acercarse a pedir intercesión.

El encuentro concluyó a las 2 de la tarde con la comida compartida en las galerías de la Casa de la Iglesia.

Delegación Episcopal de Catequesis

Galería fotográfica: «Encuentro Gaudium III»

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