Carta Pastoral para Cofradías, Hermandades y Grupos Parroquiales
25 noviembre de 2014 1. Mi saludo a los numerosos hermanos y hermanas cofrades en este XXVI Encuentro diocesano.
En esta ocasión les ofrezco una reflexión sobre la piedad popular.
El motivo para ello nos la da, sobre todo, su Santidad, el Papa Francisco, al dedicar un apartado del capítulo IV de su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (nn. 122-126) a la piedad popular, por su fuerza e importancia evangelizadora.
Por otra parte, como respuesta a cuanto nos indica el Papa en estas líneas del documento programático de su Pontificado, nuestra Diócesis lo incluye en el Plan Pastoral, cursos 2014-2015, cómo capítulo especial, en apoyo de su propósito evangelizador, bajo el signo de la alegría .
Uniéndonos, asimismo, a las celebraciones del Año jubilar teresiano, trataré de informales a los miles de hermanos asociados en Cofradías y Hermandades a lo largo y ancho del territorio diocesano, como se entendía en tiempos de Santa Teresa la piedad popular, la influencia favorable y hasta decisiva que pudo tener en su vida y su entrega misionera a favor de la evangelización.
2. De muy poco nos sirve, sin embargo, conocer y reflexionar sobre estos contenidos si ello no nos ayudara a dar un paso adelante en nuestra conversión personal. De esto se trata: sentirnos cada vez más responsables de la evangelización de nuestro entorno y sociedad.
Las Cofradías y Hermandades, no son un fin, sino un medio que, al expresar y vivir su fe junto a otros hermanos cristianos, signifique, para cada miembro, una verdadera ayuda y estímulo para conducir nuestras vidas por los caminos que el Espíritu nos sugiere.
El Papa nos anima a ello con estas palabras: Jesucristo “nos vuelve a cargar sobre los hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría” .