Carta Pastoral: La Eucaristía en el Año Jubilar de Santa Teresa
3 noviembre de 2014 Queridos fieles diocesanos:
1. El próximo día 9 de noviembre, domingo, celebramos también este año, si Dios quiere, el ENCUENTRO EUCARÍSTICO DIOCESANO, en el Seminario de Jaén. D. Mariano Cabeza, Promotor eucarístico en la Diócesis ha invitado ya a todos los grupos, asociaciones y movimientos eucarísticos. Reitero la misma invitación por mi parte.
La Eucaristía es el mayor tesoro de nuestra querida Madre la Iglesia porque es la presencia real de Cristo mismo inmolado en la cruz por la salvación del mundo. Es su prolongación entre nosotros. Presencia velada de su Humanidad, como fue presencia velada de su Divinidad en la Encarnación, pero presencia gozosa y misteriosa que nos une con Él, como pueblo suyo. Se cumplen así sus palabras de este Sacramento admirable: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5).
En la Eucaristía Él permanece en nosotros y nosotros en Él, para dar frutos de verdad.
2. El título escogido para la jornada es de Santa Teresa de Jesús. Exclama sobre este misterio eucarístico: “Oh hermosura que excedéis todas las hermosuras”.
El pan y el vino consagrados, en los que se hace realmente presente el Cuerpo y la Sangre de Cristo, nos transforman, asimilándonos a Él. Nos hacen partícipes de su obra redentora. Nos ayudan a vivir su entrega hasta llegar a la cruz.
Parafraseando una célebre expresión atribuida a Santa Teresa de Ávila, desde la Eucaristía somos los ojos con los que Dios mira compasivamente a los que pasan necesidad; somos las manos que extiende para bendecir y curar; somos los pies de los que se sirve para hacer el bien, y somos los labios con los que se proclama el Evangelio.
¡Cierto que la Eucaristía es la hermosura que excede a toda hermosura!
3. Ruego que esa fecha del 9 de noviembre sea un día eucarístico especial en toda la Diócesis, para orar juntos en la celebración de la Santa Misa y adoración ante el Santísimo, desde los Monasterios de clausura y seminarios hasta la más pequeña de las aldeas con un sagrario en que Cristo está presente.
Tenemos mucho que agradecer y recibir del Dueño de la mies.
Encomiendo especialmente a mis hermanos sacerdotes este propósito, a favor de la promoción eucarística. Podrían, por una parte, enviar a algunos representantes de sus comunidades a este Encuentro y, por otra, ayudados por los catequistas y ministros extraordinarios de la Eucaristía, celebrar esta jornada eucarística, sobre todo con los niños y adolescentes con ocasión de sus catequesis, aunque no coincidan en la misma fecha.
Con mi saludo agradecido en el Señor.
+ Ramón del Hoyo López
Obispo de Jaén