Carta pastoral en la Jornada Mundial de las Misiones, DOMUND 2024
17 octubre de 2024Queridos fieles diocesanos:
“Id e invitad a todos al banquete” (cf. Mt 22,9), es el lema para la jornada del DOMUND de este año 2024. Por un lado, se nos invita a reavivar la vocación cristiana al apostolado, a la misión, porque todos somos discípulos misioneros. Pero, también, nos hace tomar consciencia de la razón por la que existe la Iglesia y es necesaria hoy, para invitar a todos los hombres a participar en el banquete en el que Cristo renueva su sacrificio salvador, en la fiesta para la que todos nosotros fuimos pensados y creados. En definitiva, que todos tengan la oportunidad de descubrir que el Señor nos llama, nos invita y nos ama.
El deber misionero de todo fiel cristiano arranca, fundamentalmente, de su fe, de su inserción en Cristo por el Bautismo y de su participación en la Eucaristía. Por la fe, el Bautismo y la Eucaristía el hombre participa en la misión de Cristo de liberación y reconciliación de todos los hombres.
El Mensaje del papa Francisco para esta Jornada Mundial de las Misiones nos lo vuelve a recordar: “Todo cristiano está llamado a participar en esta misión universal con su propio testimonio evangélico en todos los ambientes, de modo que toda la Iglesia salga continuamente con su Señor y Maestro a los «cruces de los caminos» del mundo de hoy. […] ¡Que todos nosotros, los bautizados, estemos dispuestos a salir de nuevo en misión, cada uno según la propia condición de vida, para iniciar un movimiento misionero, como en los albores del cristianismo!”.
Cristo, por todos y para todos murió en la Cruz, abriendo sus brazos para acoger a todos. La Iglesia, desde su fundación, está destinada a ser madre de todos los redimidos y, tanto más lo será, cuanto más sean los que se incorporen a ella por la fe y la caridad cristiana, y no podrá descansar hasta conseguir que todos los pueblos entren en su seno.
Hoy, más que nunca, el mundo necesita conocer a Cristo. Vivimos en una época de grandes desafíos: guerras, hambre, desigualdad, y una crisis ecológica que afecta a toda la creación. Pero, también, es una época de grandes oportunidades. Los medios de comunicación y tecnológicos, las herramientas de primer anuncio nos permiten llegar a personas y lugares que antes eran inaccesibles. Sin embargo, lo más importante sigue siendo el testimonio personal, nuestra capacidad de amar y perdonar, de servir y escuchar. En definitiva, ser misionero del amor de Dios.
Esta jornada del DOMUND tiene un triple objetivo:
Despertar en cada cristiano un sentido de solidaridad y compromiso misionero, que parte del mandato de Jesucristo de vivir y dar a conocer el evangelio.
Sensibilizar sobre las necesidades espirituales y materiales de los misioneros y sus proyectos.
Valorar y agradecer la entrega de los misioneros enviados a otras Iglesias, para iluminar con su palabra y el testimonio de sus vidas.
Todos hemos de cooperar con generosidad y alegría a la obra de las Misiones. Que nunca falte nuestra oración constante, el ofrecimiento de nuestros sacrificios, la ayuda económica para atender a las múltiples necesidades de las Misiones, la estima y el apoyo a nuestros hermanos misioneros que, dejándolo todo, se han entregado a la misión de llevar el Evangelio hasta los últimos rincones de la tierra.
Un año más, quisiera destacar nuestro apoyo y agradecimiento a los misioneros que desgastan su vida en territorio de Misión anunciando el Reino de Dios: sacerdotes y laicos, que con una fuerte vocación al anuncio ad gentes y una generosidad y donación de su persona viven entregados a los que aún no conocen al Señor. También, agradezco su trabajo a la Delegación diocesana de Misiones y a sus voluntarios que de manera desinteresada y constante trabajan desde aquí para contagiar a todos ese mandato evangélico de llevar la alegría del Jesucristo a los que aún no han oído hablar de Él.
Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.
+Sebastián Chico Martínez
Obispo de Jaén