Carta Pastoral en la Jornada de la Iglesia Diocesana
5 noviembre de 2010«La Iglesia: comunidad de fe, caridad y esperanza»
Queridos fieles diocesanos
Se acerca, como cada año, tras la solemnidad de todos los Santos y nuestra oración especial por todos los Difuntos, la Campaña de la Iglesia Diocesana. Este año, el lema elegido es: «La Iglesia: comunidad de fe, caridad y esperanza». Podemos afirmar que la Iglesia es la comunidad donde se viven las virtudes teologales: creemos en Dios, le amamos a Él y al prójimo y aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, confiando en las promesas de Cristo y apoyándonos en la gracia del Espíritu Santo.
La Iglesia Diocesana es «una porción del pueblo de Dios que se le confía al obispo para que la apaciente con la cooperación del presbiterio, de forma que, unida a su pastor y reunida por él en el Espíritu santo por el Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular, en la que verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo, que es una, santa, católica y apostólica» (Christus Dominus 11).
No miremos la Iglesia como si fuese una mera institución, al lado de otras, a la que acudimos para que ofrezca respuesta a nuestras demandas religiosas y espirituales. Sería una visión muy pobre de la Iglesia, de la parroquia. Tengamos presente que la Iglesia es la prolongación sacramental del Señor en todos los tiempos y lugares. De ahí que millones de católicos en todo el mundo vivan el Amor de Dios y prediquen la Buena Noticia del Reino, lo que les lleva a reconocer en el prójimo el rostro de Cristo, de manera particular, en los más necesitados y a desarrollar una enorme labor (social, educativa, asistencial, etc) que repercute en beneficio de la sociedad.
En el día de la Iglesia Diocesana hacemos un llamamiento a los católicos y a todos los que valoran las acciones que la Iglesia realiza para que sigan ayudando, con su aportación económica y para que pueda tener lugar el encuentro con el Señor.
Entre las distintas formas con las que podemos ayudar a la Iglesia se encuentran los donativos puntuales, suscripciones periódicas, las limosnas por medio de colectas y las aportaciones procedentes del 0,7% de la Declaración de la renta y legados.
Con su ayuda podemos llegar a más.
Muy agradecido les saluda y bendice
+ Ramón del Hoyo López, Obispo de Jaén