Carta Pastoral: En el Año de la Vida Consagrada

30 enero de 2015
     Queridos fieles diocesanos:
     1. El próximo día 2 de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, celebra la Iglesia la Jornada mundial de la Vida Consagrada. En este año dedicado a los fieles consagrados debería tener entre nosotros una significación especial, junto a las celebraciones del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús y el Bicentenario de San Juan Bosco, dos cristianos consagrados cuyos frutos tan abundantes han llegado hasta nosotros.

     El lema de la Jornada para este año es: “Amigos fuertes de Dios”.
     Verdaderamente define a la perfección lo que es la vida de un consagrado o consagrada. Son buscadores de Dios y a esta búsqueda consagran las mejores energías de su vida. Dejan lo secundario y se centran en lo verdaderamente importante: buscan a Dios en todo y, desde Él, se entregan desde sus respectivos carismas a los hombres y mujeres de su tiempo.
     2. La Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo destaca, de forma especial, el símbolo de la luz. Es la luz que, partiendo de Cristo, se irradia sobre María y José, sobre Simeón y Ana.
     Esta preciosa imagen sirvió a los Padres de la Iglesia para descubrir el camino espiritual que nos invita a buscar y encontrar esa luz, que es Jesucristo.
     El consagrado tiene una experiencia singular de esta luz, de Cristo mismo, y la decisión de su entrega por entero a vivir y seguir de por vida esa luz, como son los Consejos evangélicos, son, para todo el Pueblo de Dios, signo y profecía que nos invitan a los demás a seguir también a Cristo que disipa toda tiniebla y oscuridad.
     3. El Papa Francisco, para conmemorar este Año de la Vida Consagrada, les ha escrito una Carta a los consagrados llena de afecto. Contiene un verdadero programa de vida para ellos y les marca objetivos concretos, mirando al pasado con agradecimiento al presente con pasión y al futuro con esperanza.
     Les invita, entre otras propuestas, a “experimentar y demostrar que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices”, ser “expertos en comunión”, “salir de sí mismos para ir a las periferias existenciales”, y a vivir “la radicalidad evangélica”.
     El Santo Padre nos indica en este mismo Documento a todos los fieles bautizados, que tomemos también “conciencia cada vez más del don de tantos consagrados y consagradas, herederos de grandes Santos que han fraguado la historia del cristianismo”, como Santa Teresa de Jesús y San Juan Bosco, que señalaba antes.
     4. En más de una ocasión he querido resaltar en mis Cartas que la Iglesia de Jaén se ha visto bendecida con una gran riqueza de carismas, tanto de vida contemplativa, como de vida activa.
     Rodeemos de nuestro afecto y estima a estos hermanos y hermanas, acercándonos a ellos y a sus Casas, organizando incluso visitas a las Iglesias de M.M. y P.P. Carmelitas y de Religiosas de vida contemplativa para poder obtener la indulgencia plenaria en este Año, bajo las condiciones acostumbradas para ello, con la oración por los Consagrados.
     Esta jornada es buena ocasión para presentar a los fieles la riqueza y, al tiempo que damos gracias a Dios por su entrega a esta Iglesia, les invito a solicitar ante el Dueño de la Mies nuevas vocaciones de consagrados.
     Con mi afecto en el Señor.
+ Ramón del Hoyo López
      Obispo de Jaén
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