Carta Pastoral: Día de la Iglesia Diocesana 2014
11 noviembre de 2014 1. El domingo 16 de noviembre, celebramos el Día de la Iglesia Diocesana. Este año tiene como lema: “Participar en tu parroquia es hacer una declaración de principios”.
Quiero destacar en esta señalada jornada el sentido de pertenencia a una gran familia que es la Iglesia Diocesana, extendida por el amplio territorio de nuestra provincia, en su diversidad de parroquias, comunidades religiosas de vida activa y contemplativa, instituciones, organismos y consejos, su inmenso potencial humano de laicos comprometidos en las más variadas tareas, sacerdotes, religiosos y religiosas… Como Obispo siento un profundo gozo cuando contemplo esta mies, al tiempo que con gratitud pongo ante el Señor, el Buen Pastor, los anhelos y esperanzas de esta gran familia: como el despertar de los niños, la inquietud y la fuerza de los jóvenes –futuro de nuestra Iglesia-, los sufrimientos y luchas de quienes buscan un trabajo digno, el dolor unido a Cristo Redentor de los enfermos y quienes ya no se valen por sí mismos y, sobre todo en este curso, las “Iglesias domésticas”, en cada familia.
2. Todos, desde el más pequeño hasta el de más edad, en los distintos ámbitos en que se desarrolla nuestra vida como cristianos, somos Iglesia, somos familia diocesana. Esto nos anima: porque ante Dios caminamos juntos llevados de su mano. ¡Qué bella es la Iglesia! y qué responsabilidad personal tenemos al poner Dios en nuestras manos, el servicio de la comunidad y de los hermanos, los dones y talentos que cada uno hemos recibido. Por favor, no escondamos esos talentos, al contrario hagamos que fructifiquen con su ayuda. Recordemos aquellas palabras de Jesús: “A quien más se le dio más se le exigirá”. Como Pastor de la Iglesia diocesana estas palabras me interpelan y animan pero también os exhorto a que las hagáis vuestras.
3. Por otra parte, este “ser familia diocesana”, “ser Iglesia”, conlleva poner cada vez mayor empeño en superar divisiones, no pocas veces provocadas por nuestras limitaciones humanas, como el protagonismo o los particularismos, que impiden una apertura más allá de nuestro pequeño grupo o comunidad. Estos pecados nos hacen mal, y ponen obstáculos a la misión de la Iglesia para anunciar la alegría del Evangelio, que es tarea fundamental.
Las palabras del Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium son clarificadoras: “Cada Iglesia particular, porción de la Iglesia católica bajo la guía de su obispo, también está llamada a la conversión misionera. Ella es el sujeto primario de la evangelización, ya que es la manifestación concreta de la única Iglesia en un lugar del mundo, y en ella «verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica». Es la Iglesia encarnada en un espacio determinado, provista de todos los medios de salvación dados por Cristo, pero con un rostro local” (Eg, n. 30).
4. Finalmente, en este Día se nos invita a llevar a cabo un gesto de “comunicación cristiana de bienes”. Gracias por la generosidad de tantos cristianos, y hombres y mujeres de buena voluntad que valoran la importante labor que la Iglesia realiza en nuestra sociedad. El año pasado la colecta de este día ascendió a 57.693,80 € con los que pudo ayudarse a las Comunidades más necesitadas. También es importante el ingreso por las domiciliaciones de cuotas a favor de la Iglesia diocesana que ascendió en el año 2013 a 8.570,52 €.
Vivamos esta jornada con el deseo de que aumente nuestro amor a la Iglesia diocesana. Queridos hermanos sacerdotes, consagrados y laicos, procuremos seguir creciendo en el conocimiento de esta rica realidad de la Iglesia diocesana, que es comunión, que es caridad, que es misión.
Con mi saludo y bendición.
+ Ramón del Hoyo López
Obispo de Jaén