Carta Pastoral del Sr. Obispo de Jaén con motivo del Día del Seminario
13 marzo de 2011 “EL SACERDOTE DON DE DIOS PARA EL MUNDO”
Muy queridos fieles:
Nuestros Seminarios diocesanos son casas de esperanza, corazón de esta Iglesia de Jaén.
La calidad, ilusión y entusiasmo de los mayores y de los más pequeños, el interés, apoyo y oración de todos los fieles diocesanos por las vocaciones sacerdotales, son verdadero anticipo y semilla de un futuro nuevo.
Este futuro se construye ya desde el presente. Debemos ser muy conscientes todos, de forma especial los sacerdotes, de que tenemos pocos seminaristas. Todo es obra de la gracia divina, pero es Dios mismo quien deposita en nuestras manos la red, para lanzarla en todos los ambientes y situaciones en Su Nombre.
1. En este Día del Seminario, de una forma muy especial, la Iglesia diocesana sigue haciéndose eco de la llamada que Jesús dirigió un día a los primeros apóstoles. Hoy continúa con sus mismas palabras: “Sígueme” (Mt 9, 10). Es la llamada que ha venido repitiéndose en estas tierras generosas desde hace siglos. Son incontables los jóvenes que siguieron ya para siempre al Dueño de la Mies, Jesucristo, hasta el heroísmo y el martirio. Es la misma propuesta que hoy hace a los jóvenes cristianos y es tarea nuestra proponerles e invitarles a escuchar y seguir esa voz tan especial.
Se trata de una invitación “tan singular” que muchos no la entienden, incluidos familiares, amigos y compañeros. Se preguntan: ¿Qué le ha podido atraer con tal fuerza para irse al Seminario? La respuesta nos la da el Santo Padre, Benedicto XVI, en su precioso Mensaje a los jóvenes, con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, cuando les dice: junto con la llamada personal, Jesucristo “sabe dar un gozo profundo a quien responde con valor.”
2. Ciertamente, no son tiempos fáciles para el sacerdocio o para el joven que decide seguir a Jesucristo, en una sociedad impregnada de lo material. Por eso mismo, precisamente más que en otros tiempos, el hombre necesita de Pastores que le abran otros horizontes, que le ayuden a elevar su mirada sacándole de tanta angustia y barullo como suele rodearnos la vida. Los sacerdotes son regalos, dones de Dios para el mundo.
En la carta que Su Santidad Benedicto XVI dirigió hace pocos meses a los seminaristas de todo el mundo, con motivo del año sacerdotal que celebramos el año pasado, les recordaba: “Sí, tiene sentido ser sacerdote: el mundo, mientras exista, necesita sacerdotes y pastores, hoy, mañana y siempre.”
3. De forma especial a vosotros jóvenes, no nos cansaremos de repetiros que sois el rostro de una Iglesia joven y con futuro hasta el final de los tiempos. Estaré siempre con vosotros, nos prometió Jesús, al tiempo que nos enviaba a predicar el evangelio a todo el mundo.
“Arraigados y edificados con Cristo, firmes en la fe” (Col 2, 7), lema de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, pregúntate sobre tu futuro y sobre los aspectos fundamentales de tu existencia: ¿en qué consiste la verdadera felicidad? ¿Cómo saciar el hombre la felicidad que busca y siente? ¿Qué camino me conduce a lo mejor en la vida?
Sin miedo y lleno de confianza en la ayuda de Dios, respóndete. Abrázate luego a tu respuesta y sé consecuente. Dios nunca falla. Somos muchos también los que te apoyaremos.
Gracias de antemano a la Delegación diocesana de vocaciones, que con tanto interés y dedicación durante todo el año, recorre la geografía diocesana manteniendo esta inquietud y apoyo, sobre todo desde la oración por las vocaciones sacerdotales. Gracias a los sacerdotes, familias, catequistas, educadores y a cuantos apoyan y proponen a los niños, adolescentes y jóvenes la grandeza y el alcance de esta vocación. Es compromiso urgente y muy necesario que afecta a todos los fieles diocesanos. Por ser, ante todo, regalo y don del Señor, así se lo pedimos por intercesión de San José, y de la Santísima Virgen.
Con mi saludo agradecido en el Señor.
+ RAMÓN DEL HOYO LÓPEZ
OBISPO DE JAÉN