Compartir es «unir nuestras manos, nuestros esfuerzos y, sobre todo, nuestras vidas» por un mundo más justo y equitativo
10 febrero de 2025![](https://diocesisdejaen.es/wp-content/uploads/2025/02/DSC_1519-1024x683.jpg)
Ayer, domingo 9 de febrero, se celebraba la Jornada Nacional de Manos Unidas. Precisamente, con una Eucaristía, en la S. I. Catedral de Jaén, daba comienzo la 66ª Campaña contra el Hambre, bajo el lema «Compartir es nuestra mayor riqueza», que se prolongará a lo largo de todo el año. Manos Unidas Jaén se ha comprometido, en esta ocasión, con tres ambiciosos proyectos en Calcuta, Bolivia y Uganda, con un importe que supera los 250 mil euros y que mejorarán la vida de más de 2000 personas.
La Santa Misa, que comenzaba a las 11.30 horas, estuvo presidida por el Provicario General de la Diócesis y Canónigo, D. José Antonio Sánchez, y concelebrada por el Consiliario de Manos Unidas, D. Luis Juan Gallardo, y el Prefecto de Liturgia, D. Antonio Lara.
Los voluntarios de Manos Unidas fueron los encargados de las lecturas, de la oración de los fieles, de la colecta y de las ofrendas. El Evangelio fue proclamado por D. Luis Juan Gallardo. La capilla musical corrió a cargo de la Escolanía de la S.I. Catedral.
Asimismo, la colecta de todas las parroquias de la Diócesis estuvo destinada a esta ONG de la Iglesia.
Homilía
El Provicario General comenzó su homilía saludando a todos los miembros de Manos Unidas, especialmente a su Delegada, Dña. Lidia Casado. Del mismo modo, quiso subrayar el lema de la campaña: «Compartir es nuestra mayor riqueza». “Un lema que define perfectamente el espíritu de esta ONG de desarrollo de la Iglesia Católica en España: «compartir», lo que tienen y lo que son. Esto es lo que, de alguna manera, trata de hacer Manos Unidas y todas las personas que en ella trabajáis”. En este sentido quiso agradecer el trabajo de todos los voluntarios que “cada campaña, ponéis lo mejor de vosotros mismos para dos cosas fundamentales: sensibilizarnos sobre las situaciones de pobreza y desigualdad presentes en nuestro mundo, por lo que os convertís en los ojos que ven donde los nuestros no alcanzan; y ayudar a combatir esas situaciones con nuestra generosidad, por lo que sois nuestras manos, el medio por lo que nosotros podemos echar una mano a aquellos hermanos nuestros que lo necesitan. Gracias por vuestro esfuerzo y dedicación. Gracias por ayudarnos a compartir con los demás y, en definitiva, por darnos la oportunidad de ser un poco más ricos”, apuntó.
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Haciendo referencia al Evangelio de san Lucas, que nos invitaba a trasladarnos a la rivera del mar de Galilea y a hacernos pescadores, D. José Antonio quiso subrayar tres aspectos fundamentales para nuestra vida personal y eclesial: El «cansancio» de los apóstoles; la invitación directa de Jesús: «rema mar adentro»; y la importancia del «trabajo en comunión».
El Provicario continuó explicando que los pescadores del Evangelio somos cada uno de nosotros. “Su situación es la nuestra y sus sentimientos son los que, en muchas ocasiones, también compartimos cada uno de nosotros. Por eso, nosotros, como ellos, podemos sucumbir a la tentación de «bajarnos» de la barca y dejarnos envolver por las redes del cansancio, la monotonía, la desidia y la desgana. Y es entonces cuando el Señor también se nos hace presente en nuestra vida, y él nos invita otra vez a «subirnos en la barca»”.
En cuanto a la idea de remar mar adentro, Sánchez Ortiz, manifestó quela invitación de Jesús a los pescadores de Galilea debe resonar con fuerza en nuestro corazón, “porque no solo se trata de retomar la faena y dejar atrás el cansancio, la monotonía y esas actitudes negativas que albergaban en su corazón, sino de participar de un nuevo horizonte, de vivir la esperanza que encierran las palabras de Jesús; y que los llevaron a subirse de nuevo en la barca y volver a faenar”.
Finalmente, D. José Antonio alentó a los fieles a trabajar con las manos unidas y en comunión. “Estamos hechos para unir nuestras manos, nuestros esfuerzos y, sobre todo, nuestras vidas. Porque estamos hechos para faenar juntos, y que así nuestro trabajo pueda dar mucho fruto. El Señor nos quiere «pescadores hombres». Y para esto necesitamos estar subidos en la barca de la Iglesia, aunque a veces zozobre, y vivir en clave de comunión”.
Proyectos de Manos Unidas
Después de la bendición final, la Delegada de Manos Unidas, Dña. Lidia Casado, expresó su profundo agradecimiento por la solidaridad de los jiennenses, que, año tras año, colaboran generosamente y que contribuyen a dignificar la vida de miles de personas en países en vías de desarrollo.
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Asimismo, quiso explicar brevemente los tres proyectos con los que se ha comprometido la Diócesis durante este año en India, Uganda y Bolivia.
- India: Mejora de la Salud Materno-Infantil en Calcuta
- Objetivo: Llevar servicios de salud a 17 barrios marginales (slums) de Calcuta mediante clínicas móviles.
- Acciones: Chequeos médicos, vacunación, formación en higiene, y acompañamiento en partos.
- Duración: 2 años
- Aporte de Manos Unidas: 100.845 € (65% del costo total).
- Uganda: Seguridad Alimentaria en Butunduzi
- Objetivo: Mejorar la seguridad alimentaria y la economía doméstica de familias rurales.Acciones: Formación en técnicas agrícolas, distribución de herramientas, y promoción de derechos humanos.Duración: 2 años
- Aporte de Manos Unidas: 60.183 € (75% del costo total).
- Bolivia: Seguridad Alimentaria en Montegrande
- Objetivo: Mejorar la producción agrícola y la gestión de recursos naturales.
- Acciones: Conservación del suelo, gestión del agua para riego, diversificación de cultivos, y apoyo a la comercialización.
- Duración: 1 año
- Aporte de Manos Unidas: 86.732 € (73% del costo total).
La celebración eucarística, en el templo jubilar, culminaba rezando ante la Santísima Virgen, por las intenciones del Papa Francisco.
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Ya en la Sacristía, tanto la Escolanía, como los miembros de la Delegación diocesana de Manos Unidas pudieron departir con el Provicario General y posar, junto a él, en unas fotografías de familia.