La Delegación de Migraciones condena las muertes de migrantes en la frontera con Melilla y convoca una concentración para este miércoles
28 junio de 2022Ante los terribles hechos que se produjeron el pasado viernes, en la frontera entre Melilla con Nador, donde perdieron la vida, al menos 23 personas, la Delegación de Migraciones de la Diócesis de Jaén condena lo ocurrido y convoca una concentración silenciosa a favor de las personas migrantes y refugiados. Esta concentración tendrá lugar mañana, miércoles, 29 de junio, a las 20 horas, en la calle Roldan y Marín de Jaén capital.
Además, de la condena y repulsa ante lo acontecido, la Diócesis de Jaén se une y comparte el comunicado que la Conferencia Episcopal Española hizo público, este sábado, a través de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana.
Comunicado
Ante la gravedad de los hechos que vienen a sumarse a otros en el pasado tanto en Ceuta como en Melilla, los obispos responsables de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana de la CEE:
Lamentamos profundamente las pérdidas de vidas humanas y confiamos en el pronto restablecimiento de todas las personas heridas. Al mismo tiempo, expresamos nuestra solidaridad y cercanía, a sus familiares y compañeros.
Nos solidarizamos con la preocupación de los habitantes en las ciudades fronterizas, y agradecemos a la Iglesia diocesana de Málaga su labor de acompañamiento a los migrantes y refugiados, haciendo nuestro el comunicado emitido por su delegación de migraciones.
Esperamos que las autoridades competentes contribuyan al esclarecimiento de los hechos y a tomar las medidas oportunas para que no vuelvan a suceder.
Ante las diversas lecturas que se hacen de estos hechos violentos, invitamos a contextualizarlos con una mirada humanitaria donde, al tiempo que entendemos la necesaria regulación de flujos migratorios, debemos considerar la situación crítica y de miseria, en la que se encuentran miles de migrantes subsaharianos hacinados al otro lado de la frontera de España. No son “invasores”, solo son seres humanos que buscan llegar a Europa huyendo de guerras activas (57 en el mundo, 30 en África) y hambrunas, agravadas por las consecuencias de la guerra en Ucrania, y la sequía y las plagas provocadas por el cambio climático. Ante este drama humanitario proponemos evitar un uso partidista y demagógico del complejo desafío de las migraciones, y analizar este drama humanitario desde las claves que nos ofrece la Doctrina Social de la Iglesia.
Tal como la Iglesia ha planteado en los foros europeos e internacionales, recordamos que necesitamos humanizar e implementar nuevas políticas migratorias que tengan en cuenta la gravedad de la presión migratoria. Así por ejemplo, España carece de espacios o recursos donde emitir visados en muchos países africanos de donde proceden miles de migrantes susceptibles de solicitar protección internacional. La Iglesia aboga en todos los continentes por contribuir a salvar vidas, acoger y proteger a las personas migradas. Necesitamos una migración ordenada a través de vías legales y seguras, así como fomentar la colaboración al desarrollo con los países que sufren guerras, conflictos y hambrunas. La externalización y militarización de las fronteras por sí solo, no terminará con los problemas y las causas que provocan la movilidad de millones de personas migradas, refugiadas o desplazadas en el mundo. Invitamos, por tanto, a dar pasos de humanización, a analizar y afrontar esta nueva crisis dese la necesidad de protección de todo ser humano y el empeño por establecer con urgencia vías de acceso legales y seguras.
Mons. Juan Carlos Elizalde Espinal, Presidente
Mons. Luis Quinteiro Fiuza
Mons. José Antonio Satué Huerto
Mons. José Cobo Cano
Mons. Ciriaco Benavente Mateos