Carta Pastoral Día del Domund 2014: “Renace la alegría”
1 octubre de 2014 1. El Domingo, 19 de octubre, celebramos la jornada misionera del Domund.
Pensemos, una vez más, que el mismo amor que movió a Dios Padre a enviar a su Hijo a este mundo y que llevó a Jesucristo a entregar su vida por nosotros en la cruz, ese mismo amor ha sido derramado por el Espíritu Santo en el corazón de cada creyente. Por eso, el bautizado, como sarmiento unido a la vid, está llamado a cooperar en la misión de Jesús, que se resume en acercar a toda persona la llama de la fe.
La vocación misionera del discípulo de Jesús brota, por tanto, desde un corazón transformado por el amor de Dios, ya sea en quien se compromete a vivirlo en su propia familia, en su trabajo profesional, en quien se consagra por entero al Señor o desde el ministerio ordenado, bien sea en quienes de modo específico entregan su vida para anunciar a Jesucristo a cuantos aun no lo conocen.
2. El Domund de este año nos ofrece la oportunidad para reflexionar sobre el lema: “Renace a la alegría”.
El Papa Francisco en el Mensaje para esta jornada hace especial hincapié en que la alegría interior que siente Jesús al comunicarnos los secretos y el camino para llegar a Dios Padre, es la alegría que sentimos también sus discípulos cuando vivimos y comunicamos la Buena Noticia de su Evangelio.
Nos dice: “Todos los discípulos del Señor están llamados a cultivar la alegría de la Evangelización”. Y esta alegría, añade, “se expresa tanto en la preocupación de anunciar (a Jesucristo) en los lugares más distantes, como en una salida constante hacia las periferias del propio territorio, donde hay más personas pobres que esperan”.(n.4)
Dirigiéndose a todas las Iglesias particulares, nos invita a “sumergirnos en la alegría del Evangelio y a nutrirnos de su amor que ilumina nuestra vocación y misión” (n.4)
Esta jornada, nos dice también al final de su Mensaje, es “un momento para reavivar el deseo y el deber moral de la participación gozosa en la misión ad gentes y, la contribución económica personal, es signo de una oblación de sí mismos, en primer lugar al Señor y luego a los hermanos, porque la propia ofrenda material se convierte en un instrumento de evangelización de la humanidad que se construye sobre el amor” (n.5)
Les invito a meditar en los contenidos del Mensaje del Papa, todo un tratado de Misionología abierto a la esperanza y alegría en la transmisión de la fe a un mundo complejo.
3. Nuestra Iglesia diocesana trata de seguir viviendo y fortaleciendo este camino misionero, en comunión con el Papa y todas las Iglesias. Con presencia de misioneros en todos los continentes y con nuestro apoyo especial a la misión de Rocafuerte, Esmeraldas, en Ecuador, hemos recibido este año en nuestro presbiterio diocesano a dos sacerdotes de Nueva Pamplona en Colombia. Es un don de Dios que agradecemos.
Son muchos los misioneros y misioneras que han partido de estas tierras de Jaén a la misión en todos las épocas. Que Dios continúe bendiciéndonos con estas vocaciones como una de las mayores riquezas de esta Iglesia diocesana.
4. La Delegación Diocesana de Misiones de forma ejemplar y a lo largo de todo el año, procura esta animación misionera a todos los niveles, y hemos de reconocérselo y agradecérselo, apoyando su dedicación.
Puedo anunciarles que de, entre sus nuevas propuestas para este figuran la constitución del Consejo diocesano de Misiones y el Pregón del Domund, en el Seminario diocesano, de que serán debidamente informados. Gracias.
Renuevo mi gratitud a todos por tanta generosidad y apoyo misionero y les animo a asumir, cada uno y a nivel comunitario, la responsabilidad que recae en nosotros bautizados a favor de la misión universal de la Iglesia.
Que María Santísima, Estrella de la Evangelización, interceda para nosotros ante su Hijo para seguir llevando su evangelio a nuestros hermanos.
Con mi bendición y agradecimiento.
+ Ramón del Hoyo López,
Obispo de Jaén