Virgen de la Cabeza, consuelo de los que sufren
23 octubre de 2022La peregrinación blanca, en la que cada año, mayores, enfermos e impedidos son los protagonistas, este año ha sido el primer acto de los cultos organizados para estas dos semanas de gracia, de la bajada extraordinaria de la Virgen de la Cabeza a la ciudad de Andújar.
El Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, ha presidio la celebración eucarística en la que los mayores y enfermos, “la joya más preciada de la Virgen” han podido disfrutar de la presencia cercana de la reina de Sierra Morena.
Anoche, pasada la una de la mañana, después de 18 horas de camino, llegaba a la que va a ser su casa durante las próximas semanas, la parroquia de Santa María, la Virgen de la Cabeza. Un descenso, en andas, desde su basílica santuario, en la que estuvo acompañada por miles de devotos que quisieron recorrer a pie los 30 kilómetros que separan el cerro del Cabezo de la localidad iliturgitana.
Pocas horas ha permanecido el templo cerrado, ya que desde primera hora de la mañana de este domingo han ido abarrotando la parroquia de Santa María las personas mayores, enfermas, en sillas de ruedas, con andadores, acompañados y solos, pero todos con los ojos empañados en emoción y el corazón colmado de alegría por poder ver tan de cerca a su Virgen, la devoción que los ha acompañado desde niños y ante la que hoy han podido recibir su maternal mirada.
Recién llegado de Roma, donde ha participado en una peregrinación diocesana, llegaba hasta el templo Monseñor Chico Martínez, quien, acompañado del párroco, D. Pedro Montesinos; el Rector del Santuario, el Padre Alaminos; su secretario, D. Francisco Javier Cova y de los dos diáconos permanentes de la localidad, han concelebrado la celebración.
Las lecturas han sido participadas por miembros de la Cofradía Matriz y el coro de la Cofradía ha solemnizado la Santa Misa.
Homilía
El Prelado jiennense ha comenzando su predicación saludando al Presidente y al Hermano Mayor de la Cofradía Matriz y a los sacerdotes concelebrantes.
Después, dirigiéndose a los mayores y enfermos, Don Sebastián ha aseverado, “Si una joya hermosa puede llevar la Virgen, esa sois vosotros. Los mayores, los enfermos, los impedidos… sois la gran joya de la Virgen”.
Haciendo memoria, en el 44 aniversario del inicio del pontificado de San Juan Pablo II, ha expresado, “Recuerdo a San Juan Pablo II, él se mostró ante el mundo entero con su enfermedad y su ancianidad. Él nos quiso dar una gran lección: la enfermedad y la ancianidad es parte también de la vida. Hoy pedimos ante la Virgen de la Cabeza por vosotros”, para después continuar afirmando, “nosotros venimos ante la Virgen, que nos lleva a Dios, y llegamos a Ella con humildad, llegamos necesitados, y lo hacemos diciendo, apiádate de mí”.
Del mismo modo, el Obispo de Jaén ha recordado que desde ayer cuando bajó la Virgen a la ciudad iliturgitana, “baja de su casa para acercarse más a la casa de nuestro corazón, a la casa de nuestra vida. Y Ella, la llena de gracia, ha venido a vernos y a Ella le pedimos la salud, que nos fortalezca en gracia, ella ha bajado a encontrarse contigo y conmigo para fortalecernos con su gracia”.
Para concluir, Don Sebastián ha pedido que juntos “invoquemos a la Virgen de la Cabeza como Madre de la salud y modelo de servicio. Ante cualquier mirada, Ella aparece cercana y sensible ante cualquier sufrimiento, porque María es esperanza: Ella es el camino que nos espera, es fortaleza, bálsamo, fuente de alegría y salud de los enfermos. Igual que estuvo al pie de la cruz con su Hijo, ahora está junto a todas las cruces, minusvalías, sufrimiento de los enfermos, al pie de la cruz, de nuestra cama, de nuestra silla de ruedas. Por eso hoy le decimos gracias porque estás al pie de la cruz que es nuestra vida”.
Al finalizar la Santa Misa, han bajado desde el altar ubicado en el presbiterio a la imagen de la Santísima Virgen. Allí, después de venerarla el Obispo y los miembros de la Junta de Gobierno de la Matriz, los mayores han pasado bajo el manto protector de María en su advocación de la Cabeza.